Ya han sacado al dictador de Cuelgamuros, he de decir que apenas seguí el acto principal de campaña electoral del partido socialista, gracias a Dios la EPA no se ha llevado mi trabajo por delante, y uno en el trabajo no ve las imágenes en los terminales inalámbricos ni en las cajas mágicas. [Estas palabras me recuerdan a la Bruja Averías; “qué tiene esta bola que a todo el mundo mola”]. Así que aproveche algunas indicaciones que un amigo me hizo, para intentar ir al grano. Al final le eche dos vistazos a todo y casi se me salen los ojos de sus orbitas, por lo Berlanguiano que parecía todo el trasunto: Salió Franco a hombros de sus nietos y biznietos. Las cosas que más me gustaron de este esperpento fueron, no necesariamente por este orden, las siguientes; El señor de rostro compungido con guantes de cuero negro que parecía un gánster; El hecho de que sacaran el ataúd del Caudillo en lo que parecía un brazo de gitano, cubierto con una bandera de un país que por lo visto no existe; Que Aitor Esteban se enfadase mucho por el montaje, ¿qué quería, que saliese el sepulturero con un mono azul y les diese una urna a los deudos? Yo, en esto, sigo al pie de la letra un sencillo silogismo, “si molesta al PNV, es bueno”. Así que me pareció todo muy bien.
NO quiero redundar en lo visto, pero voy a resaltar otro momento, momentico según Boris Izaguirre si fuera de Tudela, en el que metiéndolo en el helicóptero, que no ha sido fácil, ha dicho un currela de la funeraria:
«Arriba con Él». (Os lo juro. Que no es chiste, mirad el vídeo en streaming. ¡Es insuperable¡)
Ahí me he dado cuenta que se había perdido la oportunidad del siglo para haber dado por concluido el período histórico, quitándole de paso el juguete a estos para que no volvieran a agitar más el espantajo de un fascismo inexistente en busca de votos. Que cuando el currela de la funeraria ha dicho en el helicóptero:
-«Arriba con él»
…la cuadrilla hubiera respondido entre risotadas:
– «¡Arriba!»
Eso sí, ante tan impagable servicio a España, me juego una gónada a que Sánchez los empapelaba, Ley de Memoria Histórica en mano. Y para muestra lo que se escuchaba a un locutor de un informativo que ha preguntado cuatro (4) veces al periodista desplazado a Mingorrubio si los cuatro (4) frikis con 150 años que han ido allí a hacer el show, estaban «vulnerando la legislación vigente”. Tócate los c……, Manolín; con la semanita que llevamos llamando «protestas» al terrorismo callejero en Cataluña. Pero la guinda la ha puesto un enviado especial en labores de jurisconsulto de ocasión cuando describe: «hay una persona con alzacuello dirigiéndose a los exaltados» ha alcanzado a calificar legalmente.
Así entre eso y esto, “todos somos contingente pero tú eres necesario”, he terminado por recordar mi infancia con la muerte del dictador, y aquello que más recuerdo son los tres días de asueto y de dibujos animados con pelis que nos soltaron gratuitamente por la caja mágica. Y mientras yo avanzaba hacia la adolescencia, en este país ya estaba pactada una salida hacia la democracia. Aquella frase famosa del Catedrático de Derecho Político, Torcuato Fernández Miranda; “De la ley a la ley” Que resume más que ninguna otra cosa lo que significo la transición.
No sé que mayor alcance simbólico puede tener sacar al dictador de la Abadía, ya se verá; unos dicen que pone fin a la transición y otros que esto es un triunfo de la democracia. Lo que si tengo claro es que muchos quieren que el franquismo no caduque nunca. Y creo también que para muchos el problema simbólico no es Francisco Franco, sino esa gran cruz del Valle de los Caídos.
En Fin.
Juan García Albericio
