[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]Y el tiempo se detuvo. Natalio Cayuela. Osasuna y justicia es el título del libro, firmado por el historiador Eduardo Martínez Lacabe, y que ayer se presentaba en Tudela, de la mano del Ateneo Republicano de Tudela y Unión Tutera. La obra, enmarcada dentro del centenario de la fundación de Osasuna, relata la historia de Natalio Cayuela, un pamplonés polifacético, abogado, y represaliado tras el golpe de estado del 36.
La presentación del libro en Tudela ha sido casi una primicia, ya que solo se había presentado en el Parlamento de Navarra, la pasada semana. Durante la presentación, el autor, Eduardo Martínez, explicó al público quién fue Natalio Cayuela, cómo fue el nacimiento del fútbol en la capital navarra, y las circunstancias de la muerte de Cayuela. Aunque el libro está firmado por él, hay detrás un grupo de trabajo: «Desde que empezó la pandemia hemos sacado tres libros: Rojos, firmado por Mikel Huarte; Ramón Bengaray, que lo firma Esther Aldave, y Y el tiempo se detuvo, que firmo yo».
«Era un hombre que estuvo en mil historias, en la Cruz Roja, en la MECA (la Casa de Misericordia de Pamplona), en el Osasuna, y en muchas asociaciones culturales y asociativas»
«Natalio pertenecía a una familia de ascendencia liberal en el siglo XIX y republicanos en el XX», explicó el historiador. «Era un hombre que estuvo en mil historias, en la Cruz Roja, en la MECA (la Casa de Misericordia de Pamplona), en el Osasuna, y en muchas asociaciones culturales y asociativas. En lo político estaba afiliado a Izquierda Republicana, era miembro del Ateneo de Pamplona… Fruto de esta militancia, en el 36, cuando empezó la guerra, detuvieron primero a un hermano suyo y luego a él, y luego los fusilaron».
Republicanos ilustres
«En esto años de la república», continúa explicando Eduardo Martínez, «había personas en Pamplona muy centradas en un proyecto político: o eran nacionalistas vascos, o eran carlistas,… Pero dentro de este partido, Izquierda Republicana, había gente más polifacética, que tocaba muchos aspectos culturales y sociales. En los últimos años, hemos trabajado un poco sobre estas personas y nos hemos encontrado por ejemplo gente como Ramón Bengaray, que era empresario, de Izquierda Republicana, estaba en Osasuna, en el Orfeón Pamplonés, en muchas asociaciones culturales… Natalio es un caso muy parecido. Eran gente que tenían inquietudes políticas, por supuesto sociales, pero muchas también culturales y de intentar llevar la cultura a mucha gente. Personas muy abierta. Natalio pertenecía a una persona burguesa. Él era abogados, sus hermanos eran abogados, el padre era periodista, su abuelo catedrático… Eran gente bien que querían una sociedad mejor. Se involucraron mucho en ese sentido».
Y llegó el golpe de estado del 18 de julio del 36. «Empieza el 17 en África, y los rumores llegan a la península. El 18 de julio son cada vez más fuertes, las comunicaciones no eran como ahora. Y ya se va sabiendo que se ha producido un golpe militar. En Pamplona empieza a haber inquietud. Un tudelano, Aquiles Cuadra, está en la reunión del Gobierno Civil en Pamplona viendo lo que está pasando, baja a Tudela a contarlo… Mientras en Pamplona están Cayuela, Bengaray, Mariano Ansó… Mucha gente del republicanismo navarro reunidos. La noche del sábado ya se intuye que va a haber algo gordo. Ese día muere la primera persona en Pamplona, un coronel de la Guardia Civil: José Rodríguez-Medel. Él ve que hay que salir a favor de la república, forma a toda la guardia civil en la plaza de San Francisco en Pamplona y cuando van a salir a Tafalla a defender la república, quieren llegar a la Ribera, donde hay más adeptos. Pero un subalterno, otro guardia civil, le dispara, y ahí se acaba todo el conato de intentar salvar la República».
«Natalio y Santiago estuvieron juntos en la cárcel hasta que el 22 de agosto se llevaron a 52 presos en dos autobuses a fusilar a Cadreita, en lo que se conoce como la matanza de Valcaldera»
Tras la muerte de Rodríguez-Medel la noche es muy tensa, hay disparos en la Rochapea -donde más población obrera había-, hay gente que pasa esa noche escondida… «Al día siguiente, el 19 de julio, a las seis de la mañana, sale la gente del general Mola desde lo que ahora es el Archivo de Navarra hasta la Plaza del Castillo, leen el bando de guerra, lo colocan en la pared y van por todo Pamplona pregonando el bando. Y comienzan a llegar carlistas y carlistas de los pueblos. Ese mismo día detienen a Santiago, el hermano de Natalio. Natalio sigue llevando una vida normal entre comillas, él trabajaba en la Audiencia Provincial, era un alto funcionario del Estado. Hacia el 3 de agosto lo detienen. Otro Enrique se esconde en el hueco de un reloj, algo que nos sirvió de inspiración para el título del libro. Natalio y Santiago estuvieron juntos en la cárcel hasta que el 22 de agosto se llevaron a 52 presos en dos autobuses a fusilar a Cadreita, en lo que se conoce como la matanza de Valcaldera».
La historia del reloj
La historia del otro hermano, Enrique, también es digna de ser contada. «Enrique permaneció escondido en el hueco de un reloj durante tres meses, junto a un catedrático de Filosofía. El reloj estaba situado en el edifico de autobuses de Pamplona. Era una construcción en la que vivían ocho vecinos. Seis eran de derechas o carlistas. Dos eran republicanos: Enrique Cayuela, que vivía en el primero, y Enrique Díaz Delgado, catedrático de Filosofía, que vivía en el tercero. Desde este piso se accedía al reloj. En el salón había una especie de hornacina con una puerta pequeña, había que subir con escalera, saltaban al reloj, cerraban la hornacina, y alguien del servicio movía un armario y cuando llegaba la policía no veían nada. No es que estuviesen tres meses en el hueco del reloj, sino que estaban en el piso, y se comenta que alguien les llamaba y les decía que iba a haber registro. Así están tres meses, hasta que un día el catedrático se pone nervioso, dice que se va a entregar, hay mucha tensión… Y la familia llama a un taxista, un contrabandista, los meten en el taxi y los llevan hasta la muga. El taxista contó que estaban tan debilitados que tuvo que echárselos a la espalda, primero a uno y luego a otro, los pasó por la frontera, y luego llegaron a Biarritz. Allí empezaron otra vida. Enrique se exilió a América».
Natalio y Osasuna
«Natalio tuvo una gestión muy exitosa, se le reconoce como uno de los mejores presidentes de la historia y además con un carácter muy moderado»
Como se ha dicho, Natalio era una persona muy polifacética y una de sus aficiones fue el fútbol. «El fútbol llegó a Pamplona a principios del siglo XX. Natalio fue uno de los que fundó el Pamplona football club, porque entonces todo era en inglés. No está claro que fuera luego fundador de Osasuna, que nace en 1920, pero sí que está en las juntas directivas. Entre el 22 y 24 él es presidente. Y vuelve a ser presidente del 28 al 35, y sanea las cuentas del club. Cuando llegó había una deuda de 300.000 pesetas, y la bajó 80.000. Además, llevó al equipo a segunda y luego a primera. Osea, a los 15 años de crearse Osasusa, ya estaba en primera. Tuvo una gestión muy exitosa, se le reconoce como uno de los mejores presidentes de la historia y además con un carácter muy moderado».
Fue precisamente la celebración del centenario de Osasuna lo que dio pie a escribir este libro. «Al empezar a trabajar sobre esto nos llamó la atención que había mucha gente vinculada a Osasuna que había sido represaliada. Lógicamente, no los mataron por ser de Osasuna, pero llamaba la atención que hubiera tantos. En principio era una asociación bastante plural y en sus inicios muy popular».
«El tema de la memoria histórica lo vemos desde un punto de vista humano, no político. Si tu no entiendes que le peguen un tiro a Natalio Cayuela por ser republicano o de izquierdas, no entiendes que le peguen un tiro a un peajista como Isaías Carrasco en 2008, por ejemplo. Si tu entiendes uno pero el otro no, el problema lo tienes tú, no lo tengo yo por estudiar esto. Es un tema que Osasuna como club es apolítico, pero estamos hablando de un tema humano. Hay gente que dice «otro libro de la guerra». Bueno, yo no me aburro de ver películas sobre el tema nazi, porque es algo humanamente tan bestia, tan salvaje, que hay que conocerlo. Lo mismo pasa con esto».[/ihc-hide-content]
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