Es motivo de esperanza y de alegría que, en los últimos años, las Fiestas de Exaltación de la Verdura de nuestra tierra, que viene organizando La Orden del Volatín, lleven el epígrafe “Fiestas de la verdura de Tudela y la Ribera”. Porque “Hacer Ribera”, de una u otra manera, es un objetivo primordial y necesario para avanzar como sociedad, tanto en este como en otros temas. La Ribera es nuestra tierra y bueno es que esté unida en todo cuanto se pueda, corroborando así el dicho de que “la unión hace la fuerza”.
Tenemos, desde hace mucho tiempo, mancomunada la basura, pero no acabamos de mancomunar la Cultura. Sea por ello bienvenida esta unión entre la cultura productiva y gastronómica de las verduras, que hermana a las tierras y a los pueblos regados por el padre Ebro y sus afluentes.
La pandemia hizo que el año pasado se suspendieran estas Fiestas de Exaltación y, aunque no ha terminado su amenaza, hemos aprendido a convivir con ella, adaptándonos, pero sin perder de vista sus renovadas olas. La prudencia y el sentido común tienen que regir, por lo tanto, todas nuestras actuaciones.
Hacer Ribera, de una u otra manera, es un objetivo primordial y necesario
Porque la Verdura es una de nuestras señas de identidad más ancestrales. Ese rico binomio que constituyen la tierra y el agua, ha hecho que la Ribera haya sido lugar de asentamiento de diversas civilizaciones, que abarca desde la Edad del Bronce avanzado y la Primera Edad del Hierro, hasta nuestros días, pasando por otras culturas como la romana, árabe, judía y cristiana. Todo ello constituye, además, un importante centro de interés turístico, por las excelentes huellas que de esas culturas conservan algunos de nuestros pueblos. Por no citar la diversidad paisajística que se enmarca entre el Moncayo y las Bardenas.
Los artistas, en sus diferentes facetas, no dejaron de exaltar con sus obras todos los productos que esta tierra tan feraz les proporcionaba. Uno de ellos, el poeta árabe Abul-Abbas Ahmad, más conocido como “El Ciego de Tudela” dedica estas bellas palabras a la alcachofa o alcaucil, considerada como la reina de las verduras: “Hija del agua y de la tierra, su exquisitez se ofrece pudorosa a quien la busca, escondida en su cota de escamas apiñadas como un cofre de avaricia. Parece por su blancura, por lo inaccesible de su refugio y su repulsa a darse, una virgen cristiana recatada entre velos y coronada de espinas”.
La verdura es una de nuestras señas de identidad más ancestrales
Lo dicho, en estos tiempos en los que está de moda ahondar en las artificiales diferencias de nuestras ideologías, de nuestros colores favoritos, de nuestro RH y de nuestras banderas, exaltemos, todo aquello que nos une. Y ahora toca hacerlo, con todas las precauciones necesarias que las circunstancias sanitarias dictan, con las ricas verduras de nuestra Ribera.