[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]»Ver pasar el agua» es el nuevo libro del tudelano Ángel Cornago Sánchez. Se trata de una recopilación de 71 poemas, algunos escritos hace tiempo, que ahora ha reunido en un mismo espacio. «Actualmente, nos pasamos la vida acelerando los tiempos«, podemos leer en la contraportada de esta reciente obra. «Pasan los segundos en un torbellino violento e inmisericorde (…) Pero es una falacia, un espejismo. El mundo lo vemos, pero el tiempo lo vivimos plenamente cuando nos sentamos en un banco al lado del río y observamos cómo pasa el agua. Nuestra mente quieta, el rápido de la corriente, la sensación íntima de paz, nos permite vivir esos segundos, esos minutos, de plenitud, sacarles «el jugo», que no exprimirlos, sino lo contrario, enajenarnos con parsimonia».
Estas palabras nos introducen a la perfección en la intención de este poemario. Y es que, a través de la poesía, Ángel Cornago busca conectar con la intimidad, con las sensaciones que todos tenemos. «Nos vemos por ahí y parece que todos gozamos de una vida muy feliz», comenta el autor. «Pero todos tenemos nuestras angustias, nuestros miedos, nuestras soledades… Y ahí he intentado conectar».
Este médico tudelano, ahora jubilado, confiesa que siempre ha escrito poesía, desde adolescente. «Aunque luego, cuando te metes en la vida de estudio, de trabajo… El tiempo que tienes es mucho menos. Pero siempre he ido escribiendo algo. La poesía es tal vez lo que más fácil me sale – no digo que sea buena o mala-. La ventaja que tiene es que escribes un poema, y ya está hecho. Sin embargo, un libro, una novela o un ensayo requiere mucho más trabajo. Para un ensayo tienes que consultar mucho. No es solo lo que tú opinas, tienes que consultar con lo que dicen otros autores y eso da muchísimo trabajo. Una novela también. El poema es un trabajo que lo puedes hacer cuando te apetece, no tiene por qué tener relación con el anterior poema».
Conectar con lo profundo del ser humano
De hecho, este poemario lo ha clasificado en tres temas que le han servido para unificar poemas que había ido escribiendo a lo largo de los años. «No hay un hilo conductor, aunque sí siguen mi estilo, que es un poco intimista. Me interesa el ser humano y el ser humano no especialmente cuando estamos contentos, sino en soledad, cuando nos enfrentamos a nosotros mismos. Ahí es donde están mis poemas. Y me gusta usar también un estilo que sea comprensible. A mí lo que me interesa es que me entienda la gente, no quiero hacer poemas rarísimos, quiero conectar».
Ángel Cornago es un veterano en esto de la escritura. Su forma de escribir, según dice él mismo, «es comprometida con la forma y con valores, no hablo casi nunca de partidos políticos, pero sí de valores. Lo mismo en la poesía o los ensayos: intento llegar a lo profundo del ser humano».
Y es que Ángel ha tocado la poesía, la novela y el ensayo. Comenzó allá por 2002, con una serie de relatos cortos, «un librito que titulé Arraigos, melindres y acedías, con dos ediciones. Llegó muchísimo, hice 300 ejemplares, se vendieron rápido. Y he vuelto a editarlo en 2014 con una edición un poco más cuidada». Luego llegaron los ensayos El paciente terminal y sus vivencias (2007), Para comprender al enfermo (2007) y Salud y felicidad (2017). En cuanto a poemarios, el primero que escribió fue El mundo en el que habito (2015), después Ensueños y desasosiegos (2017) y este último Ver pasar el agua. También ha escrito novela: Las sombras de la luna (2013), y Encuentros en la abadía (2020).
Su faceta de médico
Ángel Cornago es desde luego una figura popular en Tudela. Además de su faceta de escritor, todo el mundo lo conoce por su profesión de médico. Es médico especialista en Aparato Digestivo, actualmente jubilado, máster en Bioética por la Universidad de Comillas y diplomado en Medicina Psicosomática. También realizó los cursos básicos de sofrología con Caycedo Lozano, médico colombiano fundador de esta disciplina, ya que la formación continua ha sido una constante en su vida profesional. Ha ejercido en el Hospital de Navarra, en el Hospital Reina Sofía de Tudela, en la Residencia Virgen Blanca de León o en el Hospital General de Asturias.
Ahora que está jubilado reconoce tener más tiempo para la literatura. Este último poemario, Ver pasar el agua, puede adquirirse en las librerías tudelanas Santos y Ochoa y en Letras a la Taza.[/ihc-hide-content]