Residentes y alumnos de Fundación Ilundain
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El balcón de la Residencia Nuestra Señora de Gracia que se asoma a la Plaza de los Fueros luce estos días una decoración espectacular llena de motivos navideños que aportan un toque de color a una Plaza de los Fueros que se convierte en el epicentro del ambiente navideño que adorna durante estos días la ciudad.

La idea, explica Begoña Moreno, directora de la Residencia Nuestra Señora de Gracia, partió de Óscar Vidorreta, responsable de la decoración navideña de la ciudad. «Todas las Navidades nos sugiere alguna cosa y este año nos planteó si queríamos hacer algo para nuestra fachada. Nos aportó las ideas de los globos y a nosotros se nos ocurrió que podíamos aprovechar reciclar algunos materiales que tenemos en la residencia y que con las cajas de cartón, envueltas en un color vistoso, podíamos hacer algo bonito».

El proyecto ha servido, además para recuperar la iniciativa Fachada Viva, un proyecto que inició la residencia en 2019 aportando elementos decorativos en momentos festivos de la ciudad pero la pandemia detuvo el impulso con el que había surgido la iniciativa. «Esta idea ha servido para recuperar el proyecto de decorar nuestra propia fachada e involucrar con una participación activa a los residentes en lo que está pasando en la ciudad y colaborar en las actividades en la media de lo posible», explica Moreno.

Colaboración de la Fundación Ilundain

La dimensión del proyecto decorativo del balcón de la Plaza de los Fueros llevó a la residencia a buscar un aliado y de ahí surgió la colaboración con la Fundación Ilundain. «Nos hacían falta manos y a ellos, que llevan a varios talleres de empleo para inserción, les pareció un proyecto bonito para los alumnos y hacerles partícipes de la Navidad y trabajar con personas residentes en un proyecto común. Así que entre ambos nos pusimos a inflar globos, envolver regalos e ir diseñando el balcón, ha sido algo muy bonito», reconoce la responsable de la Residencia tudelana.

En el proyecto han participado más de 20 residentes residentes. y 16 jóvenes, en dos grupos de ocho, de la Fundación. Entre unos y otros han cortado lazos, papel y otros han envuelto regalos. El resultado, reconoce Moreno, ha sido espectacular en todas sus dimensiones. «Nos ha encantado a todos. Del encuentro de personas han surgido muchas cosas. El último día surgió un almuerzo compartido en el que los alumnos de cocina trajeron algunos los productos que elaboran en la escuela y los residentes prepararon otras recetas. Y también la promesa de volver a repetir actividades porque los chicos se fueron encantados y para los residentes ha sido muy bonito recibir esas visitas y cariño de los chicos», asegura la directora de la residencia.