[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]Tudela recuperará este año la Fiesta de Santa Águeda, gracias a la iniciativa de Tutera Kantuz, Ikastola Argia y Peña Beterri. Será el domingo 4 de febrero, víspera de la festividad, cuando sus miembros, junto con otros participantes, salgan a la calle a cantar y bailar, y a cumplir con el antiguo folklore de golpear la tierra con las makilas o palos para pedirle que despierte y comience a dar frutos.
Esta antigua tradición, estaba organizada habitualmente por la Ikastola Argia, y el resto de grupos participaban y colaboraban. Pero poco antes de la llegada de la pandemia dejó llevarse a cabo.
Este año, desde el Coro Tutera Kantuz, decidieron coger las riendas y, junto a Ikastola Argia y la Peña Beterri, organizarlo. «Nos hemos juntado los tres grupos para recuperar esta tradición. Nos parece muy especial salir a la calle para golpear la tierra y que con los palos tratar de despertarla para que vuelva a producir alimentos».
En esta ocasión, el recorrido saldrá de la Peña Beterri, y tendrá paradas en San Jaime, Plaza del Mercado, Plaza de los Fueros, la parte más abajo de Herrerías, Carnicerías, San Jorge y vuelta a la Beterri. «El objetivo es que participe el mayor número de gente posible, cantando, bailando…», comenta Gari Urbizu, director de la Ikastola Argia. «No es simplemente para los niños o los jóvenes sino que se invita a participar a todo el mundo. Al final habrá unas migas y un chocolate para todo el que aparezca».
Además, este año participarán en la fiesta los centros educativo que cuentan con modelo A, AEK, el Centro de Educación para Adultos (CEBA), la Escuela Oficial de Idiomas, y en el tema de música y bailes, los txistularis y gaiteros de Tudela y los danzaris de Muga.
«Del rito al reto»
En esta ocasión se ha querido dotar a la fiesta de un lema: «Del rito al reto». Joaquín Aramendía, de Tutera Kantuz, lo explica así: «El rito es este folklore de Santa Águeda en el que desfilamos por las calles y catamos una cancioncita en euskera, muy sencilla, preciosa. Y se acompaña con golpes de la makila o palo, golpeando a la tierra. Se trata de un ritual que viene después del solsticio de invierno y antes del de primavera. Hay que situarse en una sociedad totalmente agrícola en el que los víveres empiezan a escasear y el hambre empieza a aparecer. De ahí esa llamada fuerte a la tierra para que empiece a criar verduras, para que vuelva a germinar, a dar frutos, una llamada para que despierte. Es ese concepto animista, antiguo, en el que tanto a los montes, ríos o tierra se concebían con alma».
Y de la llamada a la tierra, a la escucha de lo que ésta tiene que decirnos: ese sería el reto: «Escuchar los mensajes que nos está mandando la tierra desde esa concepción de que es algo vivo. Una de las palabras clave es «despierta», esnatu. A la Tierra le está subiendo la temperatura, es algo muy grave y lo estamos viendo con los cambios climáticos que estamos viendo».
Por eso, para los organizadores, el reto sería «ayudarnos entre todos a ayudarnos a ser más felices con menos recursos, con menos consumo de agua, con menos desperdicios… Y nos citamos a este reto de forma festiva, e invitamos a Tudela a que participe o entienda este folklore, que tiene una belleza en sí mismo. Es un rito petitorio, y ahora pedimos una tención ecológica a lo que está ocurriendo, porque la tierra puede dejar de producir». [/ihc-hide-content]
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