José Ignacio Pérez Mondragón / Colaborador
[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]El Tudelano recibió en casa la visita del líder, afrontando el partido como una final. No era el mejor día para conseguir la victoria pues los riojanos llevan sin perder la friolera de 14 partidos si añadimos este, justamente los partidos que lleva el Tudelano sin conseguir ganar. Hoy vimos a Tudelano con el mono de trabajo, ante un Logroñés que tomó la iniciativa del partido, pero a la hora de generar peligro, eran desbaratadas casi todas las acciones por la defensa blanca. Con esta tesitura el juego fue aburrido para el espectador y solo el color de las gradas con constantes gritos de animo de las dos hinchadas ponía algo de aliciente a las gradas. Hay que destacar la masiva presencia de seguidores del Logroñés (aproximadamente unos 650).
Lo dicho el partido fue un querer y no poder de ninguno de los dos equipos y las defensas de los dos equipos se empleaban a fondo para evitar las situaciones de peligro. El Logroñés tocaba bien la pelota y el Tudelano trabajaba a destajo para abortar las situaciones de peligro pero sin generar ocasiones en el ataque. Y llegamos al minuto 80 de partido, la buena defensa de la que había hecho gala el Tudelano, hasta se momento se fue al traste por un error defensivo que propició el gol visitante. Desde ese momento hasta el final el equipo se fue al ataque en busca del empate, pero cuando un equipo está en mala dinámica todo se vuelve en su contra. Un mal control de Marcos Isla hizo que tuviera que hacer falta al atacante y recibió cartulina roja siendo expulsado. Ahí murió el partido, con un Tudelano que pudo haber conseguido al menos no perder el partido y que por un error puntual tiro por la borda el enorme trabajo realizado.
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