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La concejalía de Medio Ambiente ha emprendido una batalla contra los chicles para evitar que el residuo de esta chuchería acabe pegado en las calles de la ciudad, donde retirarlos tiene un coste aproximado de 60 céntimos.
Para ello, la responsable del área, Verónica Gormedino, ha anunciado que el ayuntamiento de Tudela ha colocado 10 papeleras-contenedores en los entornos escolares de la ciudad y puntos de reunión de jóvenes como las plazas Sancho El Fuerte, Alfonso el Batallador, la calle Herrerías o Paseo del Queiles destinados a recoger este producto y evitar que quede tirado en la calle, donde, ha señalado, se convierte en un hervidero de bacterias que pueden llegar a afectar a las mascotas y donde, si nadie lo remedia, permanece hasta 5 años, dando una mala imagen de suciedad a la ciudad.
Hola, soy Gumy. No te quedes pegado ¡¡ No tires chicles al suelo, utilízame!!
Cada papelera consta de un mástil de acero inoxidable que cuenta con un contenedor color rosa chicle y un cartel informativo que funciona como reclamo para que la ciudadanía se involucre en el reciclaje de este producto, proteja el medio ambiente y contribuya a hacer de Tudela una ciudad más limpia, ha resaltado la edil. «Este proyecto ha tenido un coste de 1.803 euros, por lo que con recoger 100 chicles se amortiza una papelera», ha señalado.
Cada persona consume una media de 3,5 kilos de chicle en su vida
La iniciativa, ha añadido Gormedino, llega acompañada de la campaña «No tires el chicle al suelo», una acción dirigida a los centros educativos con el propósito de concienciar a los escolares para que no tiren los chicles al suelo a través de diversos merchandising bolígrafos, pulseras y soportes para el móvil que anime a los más jóvenes a involucrarse en la iniciativa. «Se trata de facilitar el reciclaje a la población. Hace relativamente pocos años no se reciclaba nada. Se empezó con el vidrio, poco a poco se ha ido avanzando y ahora ha llegado el momento de los chicles», ha concluido Gormedino.
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