El servicio se presta en el Consorcio EDER, donde el 20% de las atenciones dirigidas al emprendimiento en el último año se han dirigido a inmigrantes
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El Servicio Navarro de Empleo – Nafar Lansare, a través del consorcio EDER, ha puesto en marcha un proyecto piloto de servicio de apoyo al emprendimiento de personas inmigrantes.

Este refuerzo pretende dar respuesta al incremento de iniciativas emprendedoras entre la población inmigrante extranjera de la Ribera: su peso en el régimen de Trabajo Autónomo ha subido un 13,4% en solo dos años, mientras que el de la población autóctona ha descendido en un punto. En el consorcio Eder, la población inmigrante supone el 20% de las atenciones (40) y 25% de las iniciativas creadas (22 en 2017, frente a las 0 de 2013). Cabe señalar que Eder presta el servicio de asesoramiento al emprendimiento vía subvención de 85.000 euros SNE-NL para 2018, al que se sumarán los 15.000 euros adicionales mencionados.

Un crecimiento que se explica como salida al desempleo. Coincidiendo con la crisis, la contratación de personas de origen extranjero en la Ribera ha caído más de 17 puntos desde 2008, hasta el 21% actual, dato que muestra la “complicada situación” en la que se encuentra esta población”, según el estudio presentado hoy en el marco de la jornada “El emprendimiento de la población extranjera en la Ribera de Navarra” celebrada hoy en Tudela por Miguel Laparra, vicepresidente de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra; Eneko Larrarte, alcalde de Tudela y presidente de consorcio EDER; y Abel Casado, gerente de consorcio.

El vicepresidente Laparra ha subrayado la importancia de que el emprendimiento se realice sobre bases «solidas”, para reducir riesgo y para que la apuesta vital no tenga efectos indeseados sobre las personas, en particular sobre quienes han padecido una situación de desempleo, con la consiguiente merma de recursos económicos. También ha subrayado la aportación del emprendimiento inmigrante a la revitalización de comercios de barrios y pueblos y para favorecer el relevo generacional de negocios.

A tal fin, el servicio de refuerzo se adaptará a las necesidades particulares de este tipo de personas, que presentan algunas dificultades respecto al resto de emprendedores y emprendedoras. EDER ofrecerá formación básica sobre la puesta en marcha de un negocio, orientará sobre la viabilidad de los mismos y, como aspecto destacado, realizará un seguimiento durante la primera etapa de estas nuevas empresas con el objetivo de que estos negocios tengan una continuidad.

Con experiencia previa

Según el estudio, a la hora de optar por el emprendimiento el 70% de la población inmigrante lo hace por querer trabajar por cuenta propia y poner en marcha una idea; el 26% opta por ello al no encontrar un puesto de trabajo por cuenta ajena; y el 4% con objeto de cumplir con el periodo laboral necesario para poder conseguir la nacionalidad. Entre la población de origen magrebí el 53% opta por emprender por trabajar por su cuenta, el 44% por no encontrar trabajo por cuenta ajena y el 3% para conseguir la nacionalidad.

De las personas emprendedoras además cabe recalcar que el 68% de las mismas cuenta con experiencia previa en el sector de su actividad, si bien el 32% emprende un negocio sin tener experiencia alguna. Previo a dar el paso de la creación del negocio prácticamente la totalidad de la población emprendedora recibió algún tipo de asesoramiento, en el 77% de los casos a través de asesorías fiscales y contables, el 44% a través del Consorcio EDER, el 11% en el Ayuntamiento, 8% en Cruz Roja y el resto en otras entidades.

Preguntados por la continuidad de sus negocios, el 63% de los y las titulares de los mismos ha mostrado intención de ampliar el negocio, el 56% tiene intención de diversificar a otras áreas y el 67% muestra la disposición a ampliar el número de personas trabajadoras. Datos que muestran la valoración positiva de las personas emprendedoras emigrantes sobre el desarrollo de sus negocios

Autoempleo

Según el estudio, las condiciones socioculturales del origen de las personas emprendedoras, así como el idioma o la baja formación o cualificación son algunas de las características que influyen en el tipo de negocios o proyectos de emprendimiento que aborda la sociedad inmigrante. A su vez, son distintas las necesidades con las que cuentan estas personas emprendedoras en función de si tienen como origen un país árabe (en su mayoría Marruecos), de ahí procede el 48% de la población inmigrante u otra zona, como puede ser Latinoamérica (30%), Europa del Este (15%) u otros países (7%). En los últimos años además se ha evidenciado el aumento de los negocios regentados por la población marroquí. En cuanto a género se refiere, el 70% de los titulares son hombres y el 30% mujeres.

En relación al tipo de negocio que regenta la población extranjera el 88% se decanta por el sector servicios, de los cuales el 52% opta por comercios relacionados con la alimentación como fruterías o pescaderías; el 13% corresponden a otros servicios como peluquerías, y el 12% a la hostelería. “Tendencia esta que coincide con la apuesta por negocios que no suelen requerir una formación o cualificación muy elevada y que concuerda con un nivel de formación no muy elevado, característica del colectivo inmigrante, fundamentalmente el procedente de países árabes”, según se detalla en el estudio. Cabe recalcar además que la media de empleos por negocio es de una persona.

La consultora Humaro, autora del análisis, ha realizado un total de 73 entrevistas entre personas emprendedoras en diferentes localidades de la Ribera de Navarra (Tudela, Ribaforada, Peralta / Azkoien, Castejón, Fontellas, Corella, Cintruénigo, Marcilla, Funes, Fustiñana, Cortes, Falces y Cascante) y dos grupos de discusión en los que han participado una quincena de personas. Entre todos los datos recabados entre las encuestas y los grupos de discusión se han detectado las principales dificultades a las que tiene que hacer frente la población con origen extranjero y las diferentes necesidades a la hora de abordar un proyecto.

Entre las dificultades, además de la situación económica, que puede ser un hándicap a la hora de emprender por las trabas que conlleva para lograr la financiación necesaria, la falta de una reflexión estratégica de negocio, el desconocimiento de todos los trámites que hay que realizar a la hora de crear un negocio o la carencia de nociones básicas de gestión dificultan la puesta en marcha de un nuevo negocio.

El servicio de emprendimiento inmigrante tratará de solventar las debilidades detectadas. De este modo, ofrecerá formación básica para la puesta en marcha de un negocio y de gestión del mismo; orientará sobre la viabilidad del negocio sobre la base de los existentes, con objeto de que la persona emprendedora tenga conocimiento de la situación socioeconómica de la zona y de los posibles nichos; y realizará un seguimiento de los negocios durante la primera etapa de vida y posibilidad de mentorización o acompañamiento y orientación sobre las opciones de financiación.

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