José Mari Blanzako
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En el 2012 se cumplieron 500 años de la invasión de Navarra por las tropas del duque de Alba. En aquel tiempo, Navarra era independiente. Los vascones crearon el Estado de Navarra, primero reino de Pamplona desde el siglo IX. Para su convivencia y defensa, lo dotaron de cultura, trabajo y castillos que pertenecían a la comunidad, así como instituciones que reglamentaban por encima de la autoridad de los reyes o señores.

De la cultura Pirenaica proviene un Estado singular, con fuero y derechos y con control sobre el monarca y rechazo al culto de la guerra, en el que la población, solo se movilizaba en caso de agresión y necesidad de defensa. Esa era nuestra Navarra.

En aquel tiempo, los habitantes de la capital Ribera dieron grandes muestras de lealtad hacia los soberanos navarros, Catalina I de Foix y Juan del Albret. Durante la invasión española del año 1512. Tudela sitiada, capitulo el 9 de septiembre de ese año, siendo así la última población navarra en rendirse s las tropas invasoras comandadas por el arzobispo de Zaragoza, uno de los hijos bastardos de Fernando el Católico.

Tras la conquista, los españoles establecieron la Inquisición, la cual, se instala en el año 1513 en Tudela y ordena la expulsión de los musulmanes de la ciudad. Esta organización no defendía la fe católica, en realidad era una policía política represora del pueblo, hasta tal punto que los tudelanos se rebelaron contra dicha organización en diferentes ocasiones.

Años más tarde, se produjo la segunda sublevación contra el invasor por la recuperación de Navarra. La respuesta del cardenal Cisneros que había quedado regentando Castilla tras la muerte de Fernando el Católico en 1516, fue implacable. Ordeno al coronal Villalba, destruir todos los castillos y murallas del viejo reino pirenaico de manera que no quedara piedra sobre piedra.

En 1521, los ciudadanos de Tudela se posicionan por Enrique II de Navarra, conocido por el Sangüesino, junto con los hermanos de San Francisco Javier, en un nuevo intento de recuperación de la independencia de Navarra. Por ello, ese mismo año, los españoles comienzan a desmantelar el castillo donde murió Sancho VII el Fuerte, situado en el cerro de Santa Barbara, principal vestigio de la soberanía de del reino de Navarra en la capital Ribera. Así pues, Tudela perdió la condición de baluarte defensivo.

En la batalla Noain (30-VI-1521), murieron más 5.000 navarros y Navarra quedo definitivamente incorporada a la fuerza a Castilla. En 1522, demolieron el castillo de Maia en Amaiur (Baztan), como ultimo bastión Navarro.

Todo esto, es un relato de lo ocurrido en nuestra ciudad en el siglo XVI. Ahora en el 2021, sigo creyendo que el origen de nuestro pueblo se haya en nuestra tierra. Por todo ello, me parece necesario un recuerdo en este 500 aniversario de la perdida de nuestra soberanía, para aquellos ciudadanos, paisanos, hombres y mujeres que defendieron Tudela, Navarra su libertad y su independencia.

Jose Mari Blanzako Sesma.
Foro de Opinión de Tudela – Tuterako Iritzi Forua