ciudades amigables personas mayores
Marisa Marqués, concejal de Servicios Sociales; Ana Díez Fontana, responsable de la Obra Social de La Caixa en Navarra, Eneko Larrarte, y Eva Búnbury
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Tudela quiere convertirse en el plazo de un año en una ciudad amigable con las personas mayores, una iniciativa liderada desde la Organización Mundial de la Salud, OMS, y en la que también se han implicado a nivel internacional urbes como Nueva York, Londres o Moscú y, en nuestro país, Zaragoza, Bilbao, Barcelona o San Sebastián.

El proyecto al que se suma ahora Tudela, ha explicado la concejal de Servicios Sociales, Marisa Marqués, pretende promover entornos de envejecimiento activo y saludable y se suma a otras iniciativas emprendidas desde la capital ribera como la creación del Consejo del Mayor. Según los datos ofrecidos por la edil, en Tudela residen 5.918 personas mayores de 65 años, que suponen casi un 17% de su población, una cifra que se eleva hasta el 37% si se amplían los datos demográficos a los tudelanos y tudelanas que superan los 50 años de edad.

Tudela ya ha hecho efectivo ante la OMS y el INSERSO el deseo de sumarse a la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores y a partir de ahora, ha explicado Marqués, se realizará un proceso de valoración de recursos, demandas y necesidades existentes en la ciudad directamente relacionadas con la población objetivo. Tras este estudio, ha avanzado la concejal, «se establecerá un plan de acción trienal para atender las necesidades y demandas que se detecten».

Valoración de recursos

Eva Búnbury, de Búnbury y asociados, empresa que se va a encargar de realizar el mencionado estudio de valoración de recursos, ha reconocido el interés de un proyecto que toma conciencia de la creciente importancia de los colectivos de personas mayores en los entornos urbanos y el interés de incluir acciones e iniciativas que promocionen el envejecimiento activo en los planes de acción municipal de las localidades. Para valorar la implicación de Tudela con este objetivo, ha señalado Búnbury, se analizarán desde los espacios urbanos como parques y edificios, el transporte, la vivienda, la participación social o los recursos sociales o los sanitarios existentes. «Dar voz a las personas mayores hace que se sientan reconocidos y que éstos aporten su experiencia al beneficio de la ciudad», además, ha destacado la responsable de la valoración, «las propuestas que plantean son sensatas, para nada costosas y que benefician a toda la ciudad».

Para recabar estos datos se van a configurar 16 grupos focales, 10 formados por personas mayores y otros 6 con otros actores como asociaciones, administración municipal, etc. Participar en esta red, ha asegurado Búnbury, beneficia a la ciudad porque va a responder a las demandas de las personas mayores que participan directamente en el proceso «y da un sello de calidad a la ciudad reconocido por una institución internacional».

El proyecto cuenta con la implicación de la Obra Social de La Caixa, que aporta 10.000 de los 18.000 euros del proyecto

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