James Cameron artífice de films que permanecen en la memoria cinéfila, Avatar, Alíen: El regreso y Terminator, produce esta sexta entrega. Después del fiasco de los dos últimos Terminator, encarga la dirección a Tim Miller (Dead Pool), el cual, realiza una continuación de Terminator: el juicio final, donde una máquina venida del futuro, busca acabar con una mujer que evitará el apocalipsis. El film recupera a dos leyendas de la saga: Arnold Schwarzenegger, Linda Hamilton, junto a los nuevos Mackenzie Davies, Natalia Reyes, Gabriel Luna.
Nos situamos veinte años después de que Sarah Connor, gracias a la ayuda de un T-800 y su hijo, impidieran la desaparición de la humanidad. Estamos en Ciudad de México, una joven Dani Ramos (Natalia Reyes), y su hermano (Diego Boneta), trabajan en una fábrica de montaje. De repente, en la carretera aparece un nuevo Terminator, Rev-9, (Diego Luna), una máquina enviada del futuro para acabar con la vida de Dani, sembrando el caos a su paso.
Dani que ignora los motivos del Terminator para acabar con ella, es ayudada por una super soldado Grace (Mackenzie Davies), mitad humana mitad robot. Sin embargo, cuando el Rev- 9 está a punto de acabar con ambas, aparece Sarah Connor (Linda Hamilton), evitando sus muertes, y las tres huyen del Terminator. Este trío, por un misterioso mensaje, será conducido al lugar donde se halla un T-800 (Arnold Schwarzenegger), clave para salvar a Dani y evitar la aniquilación de la raza humana.
Era fácil superar los fracasos de Terminator: Salvation y Terminator Génesis. Sin embargo, se queda a medio camino, a pesar de que Tim Miller, experto en efectos especiales (codirigió Thor: el mundo oscuro,) esté al mando, y sepa filmar las secuencias de acción con pulso y energía. El guión no aporta nada, evoca momentos de entregas anteriores, y los mezcla con un toque contemporáneo: deshumanización, inmigrantes ilegales.. Ahora, la elección del villano es lo peor, no está a la altura de aquel temible Robert Patrick, el policía en T:el juicio final o la Terminatrix, Kristanna Lokken, en La rebelión de las máquinas. Lo mejor del film radica en entregar el protagonismo al trío femenino, y dejar en anécdota el papel de Arnold.
Linda Hamilton a sus 63 tacos, aporta el nervio y el carisma; a su lado, Mackenzie Davis, da la réplica perfecta, aportando veracidad. La colombiana Natalia Reyes, es la más floja del trío protagonista. Schwarzenegger sigue aportando ese cínico humor, presente desde el inicio de la saga.
En definitiva, la resurrección de las máquinas, y por ello la saga, da muestras de agotamiento, y me temo que nostalgias aparte, llega la hora de decir: Sayonara Guys.