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Tenor, por Carlos Muñoz

Persiguiendo un sueño

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El cine francés realiza comedias que en ocasiones triunfan por su sencillez, y en otras por retratar la realidad con un humor particular, pero siempre aprovechan la ocasión para mostrar la riqueza de su patrimonio cultural: paisajes, monumentos, costumbres, etc. Ahora, el hijo del director francés Claude Zidi (El animal), Zidi Jr. crea su ópera prima, retratando el choque cultural entre un repartidor de sushi que vive en los suburbios de Paris, poseedor de una voz excepcional, y el de una profesora de la Academia de Música de la capital francesa, que lo desea integrar en su escuela para formarlo en el bel canto. El film lo protagonizan: Mohammed Belkhir, Guillame Duhesme, Michéle Laroque.

El joven Antoine Zerkaoui (Mohammed Belkhir), vive en los suburbios de París, su deseo es triunfar como rapero, y participa en duelos con otros raperos. Mientras, se gana la vida repartiendo sushi a domicilio. Un día, al llevar un encargo a la Ópera Garnier, conoce a la señora Marie Loiseau (Michéle Laroque), profesora de la Academia de Música, la cual descubre que este joven posee un talento innato para la música, y lo integra en su escuela para formarle como tenor.

En la clase conocerá a Josephine, Maxim, alumnos brillantes que también buscan su futuro y triunfar en la lírica. Antoine intenta ocultar esta actividad a su hermano mayor Didier (Guillame Duhesme), que se gana la vida peleando, haciéndole creer que va a clases de contabilidad y que su pasión es el rap. La doble vida cada vez le va asfixiando más, y teme el rechazo de los suyos con unas consecuencias imprevisibles…

El resultado del film de Claude Zidi es una historia donde se mezclan, por un lado, el ambiente de los suburbios de París, donde las peleas clandestinas con otras bandas, los enfrentamientos con la policía, son lo habitual, y por otro, la sofisticación, el refinamiento de los ambientes selectos del mundo de la ópera. El guion no es original ni en su planteamiento, ni en su desenlace, y recuerda en más de una ocasión al film Billy Elliot, donde también el protagonista ocultaba su pasión por el baile, frente al deseo del padre de convertirle en boxeador. Zidi muestra el conflicto personal del protagonista por ser fiel a sus raíces, y a la vez el deseo de superación, el anhelo por vivir de la música, pero no del rap sino de la lírica.

El film se apoya en las sólidas interpretaciones de Mohammed Bekhir, célebre rapero y prestigioso “youtuber” francés, y la veterana Michele Laroque.

En definitiva, un film que presenta de manera sencilla y emotiva, el choque intergeneracional y sobre todo cultural en nuestra vecina Francia, apoyado en las convincentes actuaciones de sus protagonistas principales.