Inicio Tudela Tendiendo puentes de encuentro y acogida, por Perico Pérez Pastor, jesuita

Tendiendo puentes de encuentro y acogida, por Perico Pérez Pastor, jesuita

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El día 25 de marzo celebramos en Tudela un encuentro interreligioso. Tengo que decir que me ha dejado un buen sabor de boca, especialmente por esta razón: por la forma en que siete confesiones religiosas diferentes, fueron capaces de visibilizar estas dos palabras: encuentro y acogida. Todas las intervenciones dejaron un mensaje claro y repetitivo. Podría parecer a primera vista que siete intervenciones seguidas oyendo un mensaje tan machacón, llegarían a saturar nuestros oídos, pero nada de eso ocurrió, sino todo lo contrario. Se respiraba la necesidad de dejar patente que la acogida y el encuentro forman parte esencial en nuestro compromiso de creyentes. En realidad pienso yo que necesitábamos una celebración así, para dejar claro que la religión es abrazo y acogida; para dejar claro que nuestra condición de creyentes nos empuja desde dentro a abrir puertas y construir puentes de aceptación y hospitalidad, sea el credo que sea. Ese dinamismo interior que mueve y empuja al encuentro del otro, no se puede desaprovechar en la situación social que vivimos.

Por otro lado, contrastando con esa realidad, podemos comprobar cada día que nuestra estructura social hace muchas aguas para poderse llamar “acogedora”. Puede desentonar en algunos oídos, pero no me atrae regalar disimulos: nuestro histórico puente convive con muros de inhumanidad La falta de un papel, el no cumplir un requisito legislado, en definitiva la mala fortuna de pertenecer a los más tirados, se convierten en muros infranqueables y precipicios de inhumanidad. Nunca he visto tanto dolor e impotencia en Tudela por desajustes con la realidad legislada. Nunca he sentido tanta impotencia ante casos que superan las líneas de un artículo. Familias con hijos viviendo sin nada, pendientes de que una puerta se abra para pasar una noche más. Padres de familia buscando trabajos basura para mal vivir,… Explotación en el trabajo,… Nunca había pensado que pudiera escuchar tantas situaciones desesperadas y tentaciones de suicidio al menos en la expresión verbal…

Tudela disfruta de un puente histórico que sabe mucho de acogida y convivencia, pero dentro de su casco urbano existen también muros y puertas cerradas para según quién. Me gustaría decir lo contrario, pero traicionaría mis sentimientos.

En el corazón de las diferentes creencias, la acogida es un reto que tiene plena actualidad, y que debe visibilizarse día a día. Es tiempo de revisar seriamente nuestra propia creencia, porque mucho de lo que sucede sólo puede explicarse desde creencias desinfladas.

También es un reto para las estructuras políticas y sociales que parecen no estar dispuestas a dar pasos eficaces, más allá de unos parches que no arreglan todas las goteras. Podríamos llamar a esto “impotencia estructural”.

Y mientras existan tantas impotencias y goteras estructurales, no nos queda otra que paliar la inhumanidad a base de una iniciativa privada que brota del corazón, creyente o no creyente. Algunos, con buenas razones, pensarán que eso es un falso enfoque. Pero hay casos sangrantes que exigen respuesta inmediata ante los muros estructurales y… hay que hablar de una urgencia de construir puentes de iniciativa privada. Las cosas están así por desgracia.

El mensaje machacón del pasado encuentro interconfesional tiene que encarnarse en forma de puente, a pesar de que muchos de los corazones que se dicen religiosos estén tan desinflados. Ojalá seamos capaces de dinamizar nuestros mejores sentimientos humanitarios, confesionales o aconfesionales, aunque sólo sea para paliar las goteras de un sistema que se resiste. Empecemos por los más cercanos…