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El confinamiento embarcó a la tudelana Susana Ruiz en la escritura. Tenía muchas cosas que contar y compartir y lo hizo apostando por «Los sueños no tienen cima», un libro que parte de la experiencia vital de una niña que es diagnosticada de diabetes y aficionada a la montaña, pero en el que el relato nos habla «de sueños, de viajes, de Egipto, Kenia, de experiencias de una niña asustada en el box de un hospital recién diagnosticada de diabetes, que en la noche de reyes recibe una visita inesperada que la hará quedarse dormida para empezar a soñar con cimas, glaciares y con la convicción de que los sueños no tienen cima», avanza la autora que invita a los lectores a encontrarse con las páginas de esta historia a la venta en www.libros.com y la librería Letras a la Taza de Tudela.
¿Qué supone la aparición de la diabetes en un niño o niña y, personalmente, qué supuso para ti?
Para mi supuso una madurez temprana, un reto diario en el que aprendí a conocer mi cuerpo y las sensaciones que me transmitía cuando sufría una bajada de glucosa o lo contrario. A tener que ser muy constante y responsable con el tratamiento, horarios, hidratos que ingerir.
Para un niño es un golpe brutal, te arrebata tu infancia y tu inocencia (entiendo que como cualquier otro suceso traumático o enfermedad) haciéndote madurar mucho antes de lo previsto. Porque el control de esta enfermedad requiere una dedicación plena y constante.
Aunque para mi supuso todo esto, jamás deje de sonreír y de luchar por lo que quería. De hecho, me dio impulso para coger más fuerzas y perseguir mis sueños. Por ello ahora adulta, quiero transmitir esta idea a las personas con diabetes y sobre todo a los niños y niñas con esta patología u otras. No rendirse jamás y luchar aunque debes ser consciente de lo que tienes y priorizar tu bienestar sin olvidar que Los sueños no tienen cima.
¿Qué te ha animado a compartir tu experiencia?
Es un libro autobiográfico, sincero, donde he querido plasmar diferentes vivencias y sensaciones de mi vida conviviendo con la diabetes. Desde hace años llevo compartiendo mi experiencia en diferentes charlas en asociaciones de personas con diabetes, pero el confinamiento me obligo a cambiar el canal de comunicación y supuso una oportunidad para poder expresarlas en un libro. Era un proyecto que quería llevar a cabo desde hacía muchos años, pero el confinamiento me dio tiempo y oportunidad para poder pararme a pensar y poder hacerlo con tranquilidad. Mi objetivo siempre ha sido difundir noticias positivas sobre la diabetes, sin olvidar la realidad y a los retos a los que nos enfrentamos en nuestro día a día.
Empecé a escribir sobre todas las experiencias desde que debuté en diabetes con 11 años, colegio, instituto, vivencia en Francia, trabajo… Para luego contar todas las experiencias en montaña, Kilimanjaro, Nepal, Elbrus, Toubkal, también en Sahara, Groenlandia… y todo el camino de aprendizaje recorrido.
¿Qué te ha aportado el deporte en toda esta vivencia?
El deporte es fundamental para todo el mundo y vital para las personas con diabetes. Forma parte del tratamiento, medicación, alimentación y ejercicio. Pero practicar deporte con diabetes no es sencillo, se requiere de un plus para poder aprender a controlar tu enfermedad durante los entrenamientos, ascensiones durante la práctica del ejercicio, hay que entrenar tu diabetes además de la parte física y mental. Por ello me ha ayudado a conocer mejor mi enfermedad y poder gestionarla de forma más optima, mejor control metabólico. Y sobre todo, me ha aportado vivencias inolvidables, experiencias increíbles en lugares maravillosos y mágicos y me ha dado la oportunidad de conocer a gente increíble.
¿Cómo comienza la aventura de Los sueños no tienen cima?
Después de unos años caminando por senderos y cumbres, mi marido Carlos y yo en 2013 empezamos a soñar con observar el Everest. Para ello nos entrenamos muy bien durante 1 año y en noviembre 2013 nos embarcamos en la aventura en Nepal para llevar a cabo el trekking hasta el campamento base Everest, con cimas como Gokio (5.300) Chola Pass(.5400) etc. Después llegó Groenladia, Kilimanjaro, Meru, Elbrus, Toubkal, Sahara…… Al mismo tiempo durante esos años fuimos recorriendo diferentes puntos de España contando las experiencias en todos estos lugares. Los sueños no tienen cima, asi que el libro, que cuenta todas estas experiencias pero desde el inicio del debut de una niña asustada en el box de un hospital, decidí titularlo igual, porque los sueños no tienen cima.
¿Qué te ha enseñado esta nueva aventura?
Cuando empecé a escribir, empecé a compartir algunos capítulos en redes durante el confinamiento y la gente se enganchó enseguida. Fueron las personas las que me pidieron que intentase publicar un libro. Me gustó mucho poder ayudar a las personas a evadirse todo lo que nos rodeaba en ese momento y que por desgracia nos sigue acompañando. Algo que empecé también yo para poder evadirme durante unas horas de la locura de covid, del miedo e incertidumbre que nos sobrecogió a todos y todas y nos obligó a confinarnos en casa. También he podido aprender mucho durante el proceso de edición del libro, durante la campaña de crowfounding… trabajar con libros.com, la editorial con la que he colaborado ha sido un verdadero placer hacerlo con ellos, un continuo aprendizaje diario. Cuando ya han ido llegando los libros a los mecenas ha sido fantástico poder observar que la gente estaba feliz.
¿Tienes ya nuevos proyectos en mente?
Me gustaría poder continuar con los proyectos en montaña cuando todo esto pase, pero hay un sueño que tengo en mente y no está relacionado con la montaña. Me gustaría poder ir a hacer un trekking en Uganda para observar Gorilas. ¡Es uno de mis grandes sueños¡¡ Además hay opciones de combinar este viaje con alguna ascensión de montaña…
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