Me dirijo a ustedes para trasladarles una preocupación creciente sobre la situación de la escuela pública en Navarra, y en particular en Tudela, donde trabajo y resido. Considero que es urgente adoptar medidas para garantizar una distribución equitativa del alumnado en los centros educativos.
En nuestra ciudad contamos con dos centros concertados y cuatro públicos. Como es sabido, la población migrante en Navarra ha aumentado en los últimos años, un fenómeno que enriquece nuestra sociedad y también se refleja en el ámbito educativo. Sin embargo, esta diversidad no se está distribuyendo de manera equitativa entre los centros. Mientras que los colegios públicos acogen un porcentaje significativamente mayor de alumnado de origen migrante, muchas familias no migrantes optan por matricular a sus hijos en colegios concertados.
Esta tendencia, en muchos casos, responde a ideas erróneas y prejuicios infundados, como la creencia de que la presencia de alumnado migrante ralentiza los aprendizajes o que estos niños y niñas tienen menos interacción social fuera del ámbito escolar. Estas afirmaciones, además de ser falsas, generan un daño difícil de revertir y contribuyen a la segregación escolar.
Como docentes de la escuela pública, nos preocupa que estos prejuicios estén condicionando la elección de centro de muchas familias, alejando a quienes sí apostarían por la educación pública si no fuera por el miedo generado por la desinformación. Más alarmante aún es que, para el próximo curso, la oferta de plazas en los centros concertados supere a la de los públicos, lo que consideramos una situación injusta y contraria a los principios de equidad educativa.
Según el censo, el número de niños y niñas que entrarán en Infantil 3 años en el curso 2024/25 será de 275 (según los nacimientos de 2022). Sin embargo, los centros concertados han ofertado 175 plazas, lo que deja solo 100 plazas para repartir entre los cuatro colegios públicos de Tudela. Esta situación refuerza la desigualdad y dificulta la creación de entornos educativos diversos e inclusivos.
Por todo ello, solicitamos que se adopten medidas para garantizar una distribución más equilibrada del alumnado y que la diversidad de nuestra sociedad se refleje también en los centros educativos.
La verdadera inclusión comienza en las aulas y, si bien los niños y niñas la practican de manera natural, son los prejuicios de los adultos los que la obstaculizan.
La elección de centro educativo no debería estar condicionada por estereotipos, sino por criterios objetivos como la calidad de los proyectos educativos, las metodologías de enseñanza, las infraestructuras o la ratio de alumnado por aula.
Esperamos que esta situación sea analizada con la atención que merece y que se tomen las medidas necesarias para corregir este desequilibrio.
Aitor Blasco Guillén. Profesor en el CEIP Elvira España