Seguro que cualquiera de nosotros hemos hecho sonar el claxon al coche de delante, al ponerse el semáforo en verde, y ver que el otro conductor no arrancaba. No miramos si es una persona mayor, si el conductor/a está distraído/a, pitamos y que espabile, ¿me equivoco? Esta es la premisa elegida por el director Derrick Borte, (La familia Jones) para construir una historia de una madre y su hijo que llegan tarde a una cita, y en un semáforo al hacer sonar el claxon a una camioneta, el conductor, un tipo cabreado con el mundo, le hará pagar caro ese gesto. El film lo protagonizan: Russell Crowe, Caren Pistorius, Gabriel Bateman.
Rachel (Caren Pistorius) es una joven madre, acuciada por las deudas, por el trabajo, y cuyo ex marido no cumple ni una promesa. Va con prisa por llevar al cole a su hijo Kyle (Gabriel Bateman), y por acudir a una cita de trabajo. Al llegar a un semáforo y ponerse en verde, la camioneta que está delante no se mueve, ella reacciona, haciendo sonar el claxon.
El conductor de la camioneta es Tom Cooper (Russell Crowe), un tipo violento, hastiado sin trabajo, y que ha terminado con su pareja, no aguanta un desaire más. Al recriminarle Rachel que ponga en marcha su vehículo, Tom se le encara, y le solicita que se disculpe. La mujer pasa de él, sin ser consciente que este gesto le va a traer consecuencias inimaginables…
El film del director alemán evoca a dos referentes: El diablo sobre ruedas de Spielberg, y Un día de Furia de Joel Schumacher, protagonizada por Michael Douglas, un ciudadano que estalla violentamente contra todo. Este film de Borte no posee el nivel de éstas, ya que la intención es más efectista, más provocadora, donde las persecuciones y la violencia son la cerilla y la gasolina de la propia narración. El film pretende reflejar la crispación, la ira, la frustración que nos provocan las circunstancias adversas, y que pueden convertirnos en incontrolables si no poseemos unos mínimos valores éticos. A pesar de este acierto, el film no profundiza en las causas que originan la conducta de este loco al volante, y sobre todo, el film pierde fuelle al abandonar la carretera y acabar con un final bastante inverosímil según lo visto anteriormente.
Russell Crowe está descontrolado y sin frenos por parte del director, lo cual no impide disfrutar de su capacidad interpretativa. Caren Pistorius y Gabriel Mateman, capean la tormenta Crowe con cierta soltura.
Un thriller violento, directo, que muestra como un individuo azotado por circunstancias adversas, puede convertirse en un psicópata, arrollando todo lo que le sale al encuentro. Atentos y paciencia en los semáforos, no nos crucemos con el tipo equivocado.