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El pasado fin de semana del 17, 18 y 19 de marzo, un grupo de 20 personas (11 personas con discapacidad intelectual, 8 monitores voluntarios y 1 responsable profesional de ANFAS) participó en la primera actividad del programa de respiro familiar de ANFAS para la zona de Tudela
La salida, iniciada el viernes ha tenido como destino Pamplona con alojamiento en el Albergue «Fuerte del Príncipe» situado en el centro de la ciudad.
El sábado visitaron el Planetario, donde participaron en una actividad de dinosaurios que incluyó una película en la que pudieron viajar hasta el pasado más remoto. Por la tarde, acudieron a un espectáculo en Civican: “Ciclo música para todos. Violonchelo a los finos versos” donde disfrutaron de un buen “banquete sensorial” con los ojos cerrados en algunos de los momentos. Toda una experiencia que no van a olvidar.
Y ya el domingo, el grupo realizó el mítico recorrido del encierro pamplonés y pudieron degustar ricos pinchos por el casco antiguo de la ciudad, que culminaron un fin de semana muy agradable para todos.
Qué es el respiro familiar
Es un servicio de ANFAS orientado a la conciliación de la vida personal y familiar. Su objetivo es otorgar un respiro a los familiares que atienden a la persona con discapacidad intelectual o del desarrollo. Así, ANFAS se encarga de su cuidado durante varios fines de semana al año, organizando salidas a albergues cercanos.
Este programa tiene como fundamento la importancia de las familias para la asociación, ya que son la base de su movimiento asociativo. La misión de ANFAS es acompañar a las familias de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo en su proyecto de vida, partiendo de sus propios recursos y fortalezas y aportando los apoyos necesarios para mejorar la calidad de vida de todos sus miembros.
En el caso de Tudela, este es el primer respiro de los tres previstos para este año: los próximos en mayo y octubre.
Desde ANFAS queremos destacar y agradecer la labor de los voluntarios en este tipo de servicios, en los que, dada la dependencia de algunas de las personas participantes, el ratio es casi de 1 voluntario por 1 persona con discapacidad. Sin ellos, este servicio tan necesario para las familias, no sería viable.
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