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Julio Diamante fue el gran protagonista del homenaje que la sección «Su ópera prima» en la que se homenajea a las figuras más relevantes del cine español y se recuerda su primer trabajo al frente de un largometraje, «Los que no fuimos a la guerra» en el caso del cineasta gaditano.
A sus casi 89 años, Diamante se mostró entusiasmado y agradecido por el reconocimiento del festival de cine tudelano. Con alegría y emoción recordó su debut cinematográfico, compartiendo con el público tudelano la historia de una película que describió como «hermosa y con un toque de humor fresco. Es una película que tiene la virtud del humor, algo que nunca se puede perder incluso en una dictadura tan dura como la que había entonces. He procurado que el humor me acompañe toda la vida».
El estreno de «Los que no fuimos a la guerra» se encontró con inevitable censura de la época, muy dura con el trabajo del director, un hecho que creó una larga conmoción en Diamante. «De pronto, lo que pretendía ser una película que quería contar la historia de la primera guerra mundial, y en enfrentamiento entre aliadófilos y germanófilos, me permitió jugar con la idea de las dos españas con humor. Lo que no esperaba era encontrarme con la respuesta que tuvo por parte de las autoridades. Lamentablemente descubrí demasiado tarde que el sentido del humor de la gente que estaba al frente de la Dirección General de Cinematografía era muy escaso».
Diamante reconoció que a partir de ese momento se inició un calvario para la película y a nivel personal. «Fue algo muy doloroso, como tener una hija a la que ves maltratada», aseguró. «Lo peor de todo fue que la película se llevó tales cortes que no podía llevarla a otros festivales, como había ocurrido con Venecia, donde tuvo bastante buena acogida, algo que parece que aún irritó más a los censores». Con el paso de los años el director gaditano se embarcó en una búsqueda que acabó dando con los recortes de la censura, lo que permitió a Diamante volver a montar la película «y la película haya podido ser presentada en festivales, en la filmoteca y en cines como en Tudela, lo cual me produce una enorme satisfacción».
A lo largo de su trayectoria, confesó Diamante, «he procurado que las cosas sean bellas pero también que tengan un contenido que ayude a que el hombre sea cada vez más humano, luchar por los derechos y libertades sin pretender medallas, solo la satisfacción personal de respetarme a mí mismo como ciudadano», aseguró.
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