Son muchas las personas que, a la hora de rehabilitar su vivienda confían en Construcciones Enrique Munilla. Sus muchos años de experiencia le avalan y le han hecho especializarse en rehabilitación, especialmente de tejados.
Aunque también lleva a cabo obra de nueva construcción, asegura que el reto de resolver los problemas que ofrece una vivienda en uso es lo que más le motiva.
“Además, ahora hay muchas ayudas y subvenciones a la rehabilitación a través de ORVE (Oficina de Rehabilitación de Viviendas y Edificios), siempre buscando la eficiencia energética”, nos comenta. “Por ejemplo en el Casco Antiguo, poco a poco la gente se está dando cuenta de que, aparte de que hay cada vez más demanda, la rehabilitación es más llevadera que meterse en una obra nueva. Es una inversión que merece la pena”.
A la hora de rehabilitar una vivienda, Enrique Munilla tiene claro cuál es el elemento más importante: “Yo siempre aconsejo cuidar el tejado, creo que es lo principal de una casa. Si tú dejas un tejado en condiciones, con su sistema de aislamiento, sus ondulines, su teja nueva… O sea, haces una rehabilitación completa del tejado, ya estás salvando el 80% de la casa. Una vez que arreglas eso, lo siguiente suele ser la fachada por tema estético. Las ventanas, también suponen un elemento imprescindible para proporcionar una eficiencia energética considerable. Luego ya estaría lo que es el interior: baños, cocinas, etc”.
Este experimentado constructor cree que la pandemia hizo a mucha gente darse cuenta de la importancia de invertir en la propia casa. “Ahora se cuidan mucho por ejemplo, los patios, las terrazas, todo ese tipo de cosas. Nos dimos cuenta de la importancia de tener un hogar acogedor, cómodo y confortable. La gente con casas con patio, sobre todo, han querido arreglarlo para sacarle más provecho; en los baños también se busca la comodidad, como cambiar bañeras por duchas”.
Clientes que repiten
Casi todo el mundo conoce en Tudela a Enrique Munilla. “Algo que he notado es que, cuando entro en casa de un cliente nuevo, a hacerle una cocina o un baño, cuando vuelve a pensar en una obra, me llama otra vez. O me llama gente porque su vecino o su amigo nos ha recomendado. Eso es una satisfacción, a mí eso me llena de orgullo, que te busquen porque has hecho las cosas bien”.
“Otro detalle, por ejemplo, “es que, en los tiempos que corren, estamos acostumbrados a que, para un baño, la gente pida varios presupuestos, y es lo normal. Pero muchas veces, hay gente que confía en mí y que ni te pide presupuesto. Eso merece mucho la pena, nos da la vida”.