Los tambores de guerra son cada vez más sonoros. Trump anuncia que “hay que volver a ganar guerras”, aumenta el 9% el presupuesto militar en EEUU y aprieta a los gobiernos europeos para que aumenten sus gastos militares. En este escenario, el Polígono de Tiro de las Bardenas adquiere cada vez más relevancia. Quienes nos empeñamos en su desmantelamiento, tenemos que prepararnos para una larga andadura porque las resistencias desde el poder serán cada vez mayores y las energías de contestación a día de hoy son realmente limitadas.
El convenio entre Ministerio de Defensa y Junta de Bardenas, dice:
“El Ministerio de Defensa del Gobierno de la Nación y la Comunidad de Bardenas Reales de Navarra consideran conveniente renovar dicho Acuerdo por un plazo inicial comprendido desde el 01 de Enero de 2009 hasta el 31 de Diciembre de 2018, prorrogando automáticamente por un segundo plazo cuya vigencia comprenderá desde 01 de Enero de 2019 hasta el 31 de diciembre de 2028. Como pago del arrendamiento en el primer periodo de vigencia el Gobierno abonará anualmente a la Comunidad de Bardenas la cantidad de siete millones de Euros. Durante el periodo comprendido entre el 01 de Enero de 2019 y el 31 de Diciembre de 2028 el abono anual será de 14 millones de Euros.”
Esta “prórroga automática” hace que el proceso no permita ningún replanteamiento del acuerdo a medio camino hasta finalizar el contrato en el 2028, menos aun cuando en breve la Junta comenzará a recibir el doble de la cantidad económica que ha percibido durante los primeros 10 años. La única posibilidad de romper el convenio vigente, en cualquier año o momento, sería que uno de los dos firmantes desease terminar el acuerdo y que el gobierno español descalificase el territorio del polígono de tiro como de “Zona de interés preferente para la Defensa”. No hay ningún elemento de juicio que permita imaginar esa coyuntura a corto plazo. No conviene engañarnos. La posibilidad real de desmantelar el Polígono de tiro en cualquier momento, descansa en:
– Que un Gobierno de izquierdas en España se replantee el acuerdo (cosa que no está garantizada incluso si hubiera tal gobierno, puesto que el PSOE no está por el desmantelamiento y Chacón fue firmante del actual Convenio).
– Que la mayoría de los Ayuntamientos riberos que componen la Junta de Bardenas se sitúen a la izquierda del PSN. (O sea, que no sean de UPN o PSN)
– Que los principales Ayuntamientos riberos y el gobierno de Navarra estuvieran dispuestos a plantear un órdago en este tema a gobierno de España (cosa muy improbable, puesto que hasta el momento no se ha cumplido la petición que hizo la Asamblea Antipolígono en el Parlamento para que elaborase un Plan de Trabajo calendarizado por el desmantelamiento del polígono de tiro, y no ha pasado de hacer pequeños gestos testimoniales inferiores a los que hizo Miguel Sanz en el 2000 o a las numerosísimas mociones aprobadas hasta entonces en los ayuntamientos de la zona)
– Que se lograran unas intensas, frecuentes y numerosísimas movilizaciones de gran alcance al estilo 15 M, Mareas,…, protagonizada fundamentalmente por habitantes de la Ribera y poblaciones afectadas de Aragón. Y ante tan formidable presión, que el Gobierno central se viera obligado a reconsiderar la cuestión, pese a las presiones que recibiría de los gobiernos de Europa y EEUU por mantenerlo.
Si pudiéramos alcanzar estos supuestos que hoy aparecen tan deseables como lejanos, no tendríamos porqué ajustarnos a fecha alguna y se podría romper el acuerdo en cualquier momento antes de su conclusión en 2028. Pero pese a nuestro deseo y constante empeño, ninguna de estas cosas aparecen como factibles a un plazo razonable. No debemos ponernos objetivos inalcanzables a corto plazo, porque puede resultar contraproducente generar expectativas infundadas. A un movimiento como el que existe actualmente contra el Polígono de Tiro, no creemos que haya que emplazarlo a retos inalcanzables a fecha fija, que pueden abocar de nuevo a la gente a la frustración. Estamos ante un objetivo difícil, de largo recorrido, y plantear lo contrario, lejos de servir para impulsar y animar la oposición al Polígono de Tiro, puede desmotivarla por frustración. Hay que trabajar mucho y muy constantemente para conseguir las condiciones necesarias.
Por otra parte, además de una denuncia permanente a los organismos responsables de que hoy tengamos instalado el Polígono de Tiro, además de marchar año tras año por el desmantelamiento de dicha instalación militar, además de exigir que Bardenas sea un Parque Natural sin bombardeos ni entrenamientos de guerras, la Asamblea Antipolígono consideramos que una organización antimilitarista debe ser creíble y trabajar todos los días para difundir los valores y la cultura de la Paz. Y esto aquí y ahora, pasa por nuestra posición contra las guerras, y nuestra crítica frontal a los terrorismos que tantas vidas han malogrado. Este tema es importante para el movimiento antipolígono, porque lamentablemente la página de ETA está lejos de escribirse autocríticamente desde algunas izquierdas, y la Asamblea Antipolígono quiere ser consecuente y mostrar su honesto pacifismo y antimilitarismo al respecto.
Desde estas premisas seguiremos pelando por el desmantelamiento del Polígono de Tiro de las Bardenas, como lo venimos haciendo durante los últimos 35 años. A día de hoy, se trata de mantener una línea de movilización y denuncia sostenida para que el tema no caiga en el olvido y vaya acumulando energías sociales. En eso estamos trabajando desde hace largo tiempo. Haber conseguido mantener viva esta llama durante tantos años, no es poco. Pero tendrá que ser mucho más para lograr este objetivo en el que no cejamos: el desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas.
Eduardo Navascués y Milagros Rubio, en representación de la
ASAMBLEA ANTIPOLÍGONO