La ingeniera cirbonera Patricia Trincado ha sido una de las galardonadas de los premios Stone and Wood de diseño que otorga la ciudad de Bilbao dentro del Selected, un evento internacional que reúne en la capital vizcaína a artistas, creativos y diseñadores de las industrias creativas y que este año se va a celebrar de manera online el 20 y 21 de noviembre.
Trincado ha sido reconocida por Ductor, un trabajo de investigación que plantea una propuesta para el diseño de un asistente personal por voz y una pulsera que permite mejorar la comunicación con pacientes que sufren demencia senil o alzheimer, ya que, reconoce, «uno de los grandes problemas que existen dentro del cuidado de personas con demencia es la difícil comunicación entre personal sanitario y paciente».
Su propia experiencia con un familiar llevaron a esta ingeniera en diseño mecánico del campus de la UPNA en Tudela y máster en diseño y desarrollo de producto por la ELISAVA de Barcelona la a plantear esta iniciativa que, explica, mejoraría la comunicación a lo largo de tres fases conforme evoluciona la enfermedad en el paciente. «Mi abuela sufre de Alzheimer desde hace muchos años y sentía que tenía que hacer algo por ella y como no soy médico me plantee cómo podía hacerlo desde el ámbito de la ingeniería», reconoce.
En el terreno práctico, expone la autora del proyecto, la inteligencia artificial en la que se basa el proyecto permitirá traducir los sonidos del paciente a emociones positivas o negativas, «algo que resultaría muy efectivo en terapias de rehabilitación donde los profesionales muchas veces no pueden comprender si el paciente sufre algún dolor o si sus reacciones son ajenas a la terapia, pudiendo continuar o rebajar la intensidad de la misma». Además, los dispositivos permitirían obtener más datos como el pulso, consiguiendo medir picos de estrés del paciente y analizarlos para poder tomar decisiones, por ejemplo, sobre la medicación que se les administra, dosis, etc.
El premio, reconoce, «ha sido un subidón» porque ha llegado en un periodo especialmente complicado para su generación. «Esto ha sido una catástrofe para todos los estudiantes recién salidos de la Universidad. Muchos empezábamos a despegar y de repente nos hemos encontrado con todo esto que nos ha truncado las expectativas laborales», asegura.
Fases del proyecto
En la primera fase, Ductor registra el tono y el timbre de voz del paciente y los asocia a las emociones a través de un objeto personal al que se le ha implementa inteligencia artificial y que, a su vez cuenta con un asistente personal por voz que le ayuda en su autosuficiencia e independencia.
En la segunda fase Ductor se materializa en una pulsera que funciona como un traductor de las emociones gracias a los registros obtenidos en la primera fase. Esta pulsera se comunica con el personal sanitario de forma sonora y lumínica con colores rojo y verde. En esta fase el asistente personal sigue siendo útil de la misma manera para ambos, aliviando así la carga del cuidador.
Ya en la tercera fase, con un paciente en una fase evolucionada de la enfermedad, Ductor se simplifica en el asistente personal por voz. «El dispositivo asume el papel de ayudante del cuidador y traductor; pues en esta fase no es recomendable que el usuario lleve encima aparatos que puedan interferir con la maquinaria sanitaria. De esta manera se logra identificar el estado de ánimo del usuario; mejorando la comunicación y por consiguiente su cuidado», indica Trincado.