Candela San Juan
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El Departamento de Filosofía, del IES Valle del Ebro ha participado en el «I Concurso de Microrrelatos organizado por el Comité Asistencial del Área de Salud de Tudela».

De los 95 relatos que recibió el concurso, dos alumnas del IES Valle del Ebro han obtenido un notable reconocimiento. La entrega de premios se celebró el miércoles 20 de noviembre, en el salón de actos del Hospital Reina Sofía, cuando se hizo público el fallo del jurado. Desde estas líneas, queremos felicitar a la ganadora de la categoría infantil-juvenil, Candela San Juan De Rioja, de 1º Bachillerato A del IES Valle del Ebro; y a la finalista de la misma categoría: Adriana Martín Martínez, de 1º Bachillerato F. Adjuntamos los textos ganadores.

Entre la vida y la ley, de Candela San Juan

Eran las 19:30, en la camilla de urgencias se encontraba Pablo, un niño de tan solo 6 años con una aneurisma cerebral que acababa de reventar.

En una silla, ansiosa, su hermana adolescente Carla, que me miraba con ojos llorosos.
Entró la enfermera y nos comunicó lo peor: no habían podido localizar a los padres. Aquel niño necesitaba una cirugía de urgencia con muy pocas posibilidades de supervivencia. Pero al ser menor de edad, no podía realizársela sin el consentimiento del tutor legal. Su hermana, con las manos temblorosas me entrega la autorización, firmada por ella misma. No es la primera vez que falsifico la firma de mi madre, me dice transmitiendo el miedo que sentía con su voz.

Aquella fue la primera vez en toda mi carrera que no sabía qué hacer. ¿Me salto el consentimiento legal y le opero, aunque eso acabe con su vida? o ¿le dejo morir, cumpliendo las normas por las que debo regirme?

El pitido agudo que indica que el pulso de Pablo se debilita me saca de mis pensamientos. Debo operar.

ENTRE DOS VIDAS, de Adriana Martín

Para aquellos que estén leyendo esto y no conozcan a mi madre, su momento favorito del día es llegar a casa y hablar sobre lo interesante que ha sido su jornada laboral. No hay nada que le apasione más que su trabajo.

Ayer mientras cenábamos, la noté rara y con la mirada perdida. “Mamá, ¿ha ido todo bien hoy?”, pregunté. “Bueno, no todo es de color de rosas cuando eres enfermera”, me contestó con un notable nudo en la garganta. “Hoy he tenido dos pacientes graves, un anciano de 80 años con problemas respiratorios y un chico de 20 años que había tenido un accidente de tráfico. Ambos necesitaban justamente el mismo tratamiento”, detalló con las lágrimas cayendo. “El doctor me dijo que eligiera rápido a uno de los dos pero, ¿cómo iba a ser capaz de eso?”, dijo apretando su vaso.

Finalmente, su decisión fue tratar al joven, teniendo en cuenta que este tendría más posibilidades de salir adelante y vivir muchos años más.

Por la noche, me fui a la cama pensando en lo que me había contado y me quedé con la misma pregunta: ¿habría decidido yo lo mismo?