Sencillo, emotivo y muy esperado. Así vivieron los fustiñaneros la imposición del pañuelico rojo a los niños de esta localidad nacidos desde 2019 y a los que la pandemia por la Covid 19 impidió en 2020 poder disfrutar de este tradicional acontecimiento que se celebra en la víspera de las fiestas en honor a los Santos Justo y Pastor. Unas fiestas que, por segundo año consecutivo, fueron suspendidas como consecuencia del Coronavirus que asola al mundo y que impide que las fiestas patronales, de momento, puedan celebrarse como las conocíamos.
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