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El tudelano Pablo Saso Fornies, a sus 19 años (11 de abril del 2003), se ha convertido en una de las referencias de la tauromaquia en el siempre apasionante mundo de los recortadores. De casta le viene al galgo ya que su amor por este arte lo ha heredado de su padre Luis y su tío Óscar y ahora sus referencias son “Poca” y, sobre todo, “Moreta”.
¿Cómo te entró el gusanillo por el mundo de los recortadores?
Empezó cuando era pequeño por mi padre Luis, lo llevo metido muy dentro y es una forma de entender la vida. Mi padre siempre ha estado ahí en lo bueno y en lo malo, y es una persona que siempre va a estar conmigo y lo llevo a todos los lados. Es más, ha habido momentos malos, y siempre ha estado y estará.
¿Y tu tío Óscar Saso?
Más de lo mismo, porque ha sido recortador y, junto con mi padre, siempre han estado apoyándome.
¿Eres el sustituto de “Poca”.
Ojalá. No, la verdad es que mucha gente me suele comparar porque “Poca” es una figura para todo recortador, sobretodo en la especialidad de quiebros, que es lo que me gusta. Él ha sido y es de lo más grande en el mundo del quiebro. “Poca” ha sido una referencia para mí, pero en la actualidad “Moreta” me parece que es un quebrador y, en estos momentos, mi punto de referencia muchas veces.
Hay que tener mucha sangre fría para estar ahí quieto y esquivar a un toro o una vaca, ¿cómo se aprende?
Eso se consigue con la experiencia. Poco a poco vas mejorando y confiando en ti, y es lo que hace que al final pues vayas llegando a donde uno quiere. Vas a los festejos taurinos de los pueblos, saliendo en las vacas y toros y aprendes.
Yo empecé con becerras, pasando luego por novillas, vacas y, lo más complicado, con los toros, que es donde hoy en día me centro. Poco a poco te vas superando y ves tus fallos, que es lo más importante para mejorar cada día.
¿Y la adrenalina?
Es una pregunta que me la suelen hacer siempre. Al final son segundos, es un momento inexplicable. Se juntan muchas emociones y te permite vivir esas sensaciones.
¿Hay diferencias a la hora de hacer las cosas frente a un toro o una vaca?
A un toro, cuando lo ves venir, es como si viniera un tren hacia ti y me transmite más que una vaca por las dimensiones y me gusta más lidiar un toro que una vaca. Los toros suelen responder mucho más fácil al a lo que tú quieres hacer con el animal.
¿Qué te aporta esta disciplina?
Me hace superarme a mí mismo, crecer mucho y, sobre todo, me ayuda mucho a ser feliz. Me han tocado momentos malos, duros, con muchas rayadas y problemas, pero al final te das cuenta de que estás bien en este mundo, porque estás haciendo bien las cosas, estás contento, la gente te valora, y eso me permite ser feliz y me hace crecer mucho.
“El sueño de todo recortador es el concurso del Pilar”
¿Y la feria del Pilar de Zaragoza para cuándo?
Me gusta ir poco a poco y con la humildad por delante. Mucha gente me ha preguntado y El Pilar de Zaragoza es el sueño de todo recortador y tengo que hacer mucho más para merecérmelo y que pueda ser de las primeras llamadas para poder ir a ese Concurso Nacional de Recortadores dentro de unos años.
¿Y tu objetivo a corto, medio, largo plazo?
Esta temporada ya está acabada y habrá que esperar al 2023. Por lo tanto, hay que trabajar duro este invierno, para llegar perfectamente a la próxima temporada en las vacas de los pueblos y, sobre todo, en el primer concurso de recortadores para verme bien. Insisto en que con el frío toca las capeas con los amigos, ir a los cuatro pueblos que hay fiestas en invierno, para no perder el sitio, que es mi mayor miedo, esa es la verdad.
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