En estos momentos, el Gobierno de Navarra está trabajando en la confección de un nuevo decreto sobre el euskera y según dicen, el mismo, “no tiene que suponer ni imposición ni tampoco retroceso”.
Esta lengua propia de Navarra, despreciada por esta administración, no debería valorarse menos que un idioma comunitario en la zona no vascofona, más aún, el problema se agrava en mayor medida, cuanto también se le discrimina en la zona mixta.
Nuevamente, indicamos que el Consejo de Navarra a consulta del Gobierno de Chivite, es decir los siete miembros de este órgano encargado de velar por el cumplimiento del ordenamiento jurídico navarro, apuntaron que tanto en el Amejoramiento del Fuero como en la ‘ley de Euskera’, no existe ningún impedimento para que no se valore esta lengua en la Ribera.
El Ejecutivo socialista al dar este tratamiento al vascuence, se excusa en la “realidad lingüística” con el único y desgraciado propósito de no equiparar el idioma como otras lenguas como son el inglés el francés y el alemán, perjudicando sensiblemente a zonas como la Ribera.
Aplicando este tipo de políticas, el euskera y los habitantes que quieran aprenderlo y usarlo en esta zona, se sentirán más discriminados y separados del resto de Navarra (donde esta lengua puede tratarse con cierta normalidad). De ahí, que lo que el PSN dice, que hay que acabar con la crispación existente en este sentido, esta, se incrementará cada día más. Es normal que las marginaciones den conflictividad entonces ¿Por qué no se quiere evitar esta situación?
El verdadero problema es la fobia que se tiene a nuestra lengua. Entendemos que el PSOE esté a favor de que el castellano y otras lenguas primen en Navarra en contra de una lengua de la tierra. Incluso la “rácana” Ley del Vascuence de 1986, recomienda dedicarle la atención que merece para su recuperación y mantenimiento, al fin y al cabo es el mayor patrimonio cultural que poseemos.
María Chivite es de la Ribera, de la zona no vascofona, de una zona que dice miman y se preocupan por ella. Pues no se nota en absoluto. También diremos que, al margen de igualar merecidamente nuestra lengua, el euskera no necesita comparaciones. Porque el euskera ha sido y será una gran ventaja cultural para la ciudadanía navarra.
De sentido común sería tratar a los navarros y navarras por igual. Es ridículo que, en pleno siglo XXI, haya en Navarra una zonificación por intereses políticos, que no lingüísticos. Y es que una circunstancia de estas características no ocurre en ninguna parte del mundo.
Asociación Ribera de Izquierdas – Erriberako Elkarte Ezkertiarra