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Oposición a las compuertas en las desembocaduras del Queiles y Mediavilla, por Ecologistas en Acción

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Ecologistas en Acción se opone a la construcción de unas compuertas en las desembocaduras de los ríos Queiles y Mediavilla en el río Ebro por entender que estas obras carecen de justificación técnica y se alejan de la solución real.

La colocación de unas compuertas en las desembocaduras de los ríos Queiles y Mediavilla representa la peor cara de la CHE. Ecologistas en Acción critica con firmeza la gestión que realiza este organismo basada en las grandes obras y en el hormigón. Una gestión intrusista e intervencionista en el medio natural, que rompe por completo su equilibrio.

Desde Ecologistas en Acción queremos llamar la atención de los problemas derivados de estas compuertas, ya que en caso de su mal funcionamiento y con crecida asociada en el río Queiles las consecuencias en la ciudad de Tudela pueden ser graves. Este sistema puede que funcione en un papel, pero en la vida real lo pueden poner en riesgo circunstancias que no se controlan. Este sistema no permite fallos. El día que las bombas de achique no puedan dar salida al agua que viene por el Queiles la ciudad de Tudela va a tener un serio problema. Nuestra entidad considera que el gasto de dinero de los contribuyentes debe estar justificado. En este caso las obras no cuentan con un informe técnico que justifique o avale la eficacia de las compuertas.

En 2016 nuestra entidad elaboró un informe analizando la situación de Tudela. Continuando con esa preocupación y lo planteado en ese trabajo, este pasado 3 de febrero han realizado una visita a Tudela Santiago Martín Barajas, Responsable del Área de Agua de Ecologistas en Acción, y Luis Rico uno de los Coordinadores del colectivo ecologista. En relación al Ebro se constata como con la construcción de la mota de La Mejana hacia 1750 y con la definitiva construcción de la mota de Traslapuente hacia 1900 se encorseta al río impidiéndole que ocupe su llanura de inundación; y en segundo lugar se modifica permanentemente el cauce dirigiéndolo directamente hacia la ciudad de Tudela. Estas motas han redirigido el cauce, y así lo atestiguan los tajamares del puente del Ebro, que apuntan directamente hacia la Mejana, lugar por donde venía el río, pegado a la terraza aluvial de la margen derecha. El agua al superar el puente incide en la margen derecha, en la zona de las desembocaduras de los ríos Mediavilla y Queiles, y deposita los sedimentos en la margen izquierda.

La colocación de estas compuertas nos aleja de la solución que verdaderamente necesita el río Ebro, e incumplen lo marcado en las Directivas de Inundaciones, de Hábitats y de Agua. La solución, marcada también por la legislación europea, pasa por devolverle espacio al río para que en caso de crecida o avenida ocupe de forma natural su llanura de inundación. De forma ordenada y consensuada con todas las partes se deben estudiar los puntos donde retranquear motas, eliminarlas o recuperar bosques de ribera. El retranqueo de la mota de Alfaro o las actuaciones apuntadas en el proyecto life “Ebro Resilience” son parte de la solución. Por el contrario, la colocación de estas compuertas en Tudela significa la perpetuación de un modelo, que no sólo no va a solucionar el problema, sino que va a generar otros.