La Presidenta de Navarra, María Chivite, ha entregado hoy la Medalla de Oro de Navarra / Nafarroako Urrezko Domina 2020 al personal sanitario y sociosanitario por su actitud durante la pandemia del COVID-19. La Presidenta ha destacado su “atención abnegada, afrontando el riesgo para ellos y sus familias”, así como su “infinita generosidad” por su “dedicación y esfuerzo en condiciones muy adversas”.
En representación del colectivo, han recogido el galardón Carlos Ibero, médico coordinador de la atención a las plantas COVID 19 en el Complejo Hospitalario de Navarra; la enfermera Ana Ariztegi, jefa de cuidados asistenciales y atención domiciliaria en atención primaria; y Amaya Iriarte, cuidadora de la residencia Virgen de Jerusalén, de Artajona.
A ellos y a todos sus compañeros sanitarios y sociosanitarios, la Presidenta Chivite ha agradecido en su intervención “su infinita generosidad” en unas semanas y meses especialmente complicados, desde que a mediados de marzo la situación sanitaria provocada por el COVID-19 se convirtió en pandemia. “El impacto de este virus en las personas se afrontó desde el primer momento con profesionalidad y humanidad por parte de los trabajadores y las trabajadoras que tuvisteis que atender a quienes enfermaban, a los contactos de las personas enfermas, a quienes no pudieron superar la enfermedad”, ha recordado, al tiempo que ha recalcado que afrontaron y afrontan esa situación con profesionalidad y humanidad y con un “afán de servicio que os honra”.
«En estos meses», ha añadido la Presidenta, «han sido muchos los profesionales que han puesto su trabajo y sus propias vidas al servicio de los demás”; todo ello fruto de una vocación, que es la que os hace levantaros cada día a pesar del cansancio acumulado”. Chivite ha destacado que su “servicio de máxima calidad y su acompañamiento profundamente humano” son “un orgullo para todo el pueblo navarro”.
En esa capacidad de entrega y apoyo en una situación tan complicada como la generada por el coronavirus, la Presidenta también ha querido reconocer a todos los sectores que han sido “imprescindibles para que las cosas funcionen, para que se garantizara el abastecimiento de productos y servicios”: personal de logística, emergencias, seguridad, limpieza, atención al cliente, y voluntarios que han trabajado codo con codo en las ciudades y pueblos de Navarra. “Habéis puesto a disposición de los demás vuestro tiempo, talento y experiencia”.
Medalla compartida con toda la ciudadanía
Tras recibir de manos de la Presidenta la Medalla de Oro, Carlos Ibero, médico coordinador de la atención a las plantas COVID 19 en el Complejo Hospitalario de Navarra, ha agradecido la distinción y ha señalado que «la recibimos en nombre de todos los profesionales que prestan de forma anónima la mejor atención posible».
Ibero ha recordado a las personas fallecidas y enfermas y ha agradecido a la población «que ha entendido la dimensión del problema», al tiempo que ha agradecido su solidaridad al adoptar las medidas las medidas de prevención. «Atendemos enfermos, no enfermedades, cada persona es única, valiosísima, debemos preservar su dignidad y valores, no centrar la atención meramente en una cifra sino en su dimensión psicológica, familia y deseos».
Finalmente, ha subrayado que la pandemia «nos recuerda que somos vulnerables y necesitamos a los demás» y ha apelado a la responsabilidad invidividual porque «de la conducta de cada uno depende la salud de los demás».
Tras recibir la medalla de oro, Ana Ariztegi, enfermera jefa de cuidados asistenciales y atención domiciliaria en atención primaria ha querido dedicar esta Medalla no sólo con los compañeros de profesión sino “con todos los navarros”. A ellos y a la responsabilidad individual ha apelado para hacer que los datos de contagios, de ingresos y de decesos sigan disminuyendo: “Cada uno de nosotros, con gestos como ponerse la mascarilla, guarda la distancia, no juntarse con mucha gente, contribuye a que el riesgo de contagio sea menor, a que nuestra situación económica mejore, a que el sistema de salud no colapse, a que haya menos fallecidos”.
Ariztegi ha recordado en sus palabras de agradecimiento “el tiovivo de sentimientos” que han vivido los profesionales sanitarios y sociosanitarios durante estos meses, desde el miedo y la inseguridad “por la falta de conocimiento sobre cómo se comportaba el virus”, a la valentía y la fortaleza “con la que comenzábamos la jornada laboral”, que muchas veces terminaba en debilidad e impotencia. “Hemos intentado que nuestra atención fuera la mejor posible en cada momento, y hemos visto cómo la población respondía a nuestro esfuerzo”, ha resaltado.
Por su parte, Amaya Iriarte, cuidadora de la residencia Virgen de Jerusalén, de Artajona, ha querido destacar el trabajo “para el cuidado de los más vulnerables” de los más de 3.500 trabajadores y trabajadoras que en Navarra conforman la comunidad sociosanitaria, “desde personal de limpieza, cocina, mantenimiento, enfermería, terapeutas, trabajadoras sociales, fisioterapeutas hasta recepcionistas, personal de administración, mandos intermedios, dirección y, por su puesto, cuidadoras y cuidadores”. Iriarte ha insistido en que su trabajo “no es algo extraordinario ni una novedad”, pero sí es cierto que el COVID-19 les ha llevado “mucho dolor y mucho sufrimiento”. Por ello, ha reclamado que los cuidados y la dependencia sean “una prioridad” para las administraciones públicas, que se establezcan “estrategias y formas de actuar comunes, sin olvidar la humanización de los cuidados”, para tratar de evitar situaciones similares. Esta cuidadora ha dedicado la Medalla a todos los residentes del sector de la dependencia, la discapacidad y la salud mental y a sus familias, “por su valentía, fortaleza y talante digno de mención”.
En el Salón del Trono
En esta edición, la ceremonia ha debido adaptarse al nuevo escenario generado por la pandemia del COVID-19. Con una menor afluencia de público, se ha optado por el Salón del Trono para hacer la entrega de la máxima condecoración de Navarra.
Junto a la Presidenta Chivite, han participado en el acto el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde y el delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti. A ellos, se han sumado los vicepresidentes Javier Remírez y Jose Mª Aierdi, así como las consejeras de Salud y de Derechos Sociales, Santos Induráin y Carmen Maeztu, y el presidente de la Federación Navarra de Municipios y Concejos, Juan Carlos Castillo.
Los premiados han estado arropados por el presidente del sindicato AFAPNA (Asociación de Funcionarios de la Administración Pública de Navarra), Juan Carlos Laboreo, entidad que propuso su candidatura a la Medalla de Oro 2020. Laboreo, en su intervención, ha reconocido que el colectivo sanitario y sociosanitario “estaba destinado” a recibir la Medalla, en un año como éste, marcado por el COVID-19. “Esta pandemia nos ha hecho ser conscientes de lo frágiles que somos. Pero también nos ha hecho cambiar nuestra valoración de lo material y de los sentimientos; nos ha hecho ver que trabajando juntos somos más fuertes; nos ha hecho ver que lo material es efímero, pero los sentimientos, eternos”, ha destacado. Por ello, ha pedido que este reconocimiento vaya acompañado “de un compromiso de todos los navarros, de que vamos a ser más prudentes, porque si evitamos los contagios o al menos los controlamos sabemos que ése será vuestro mejor regalo y reconocimiento”.
El músico Iván Carmona, premio a la Promoción del Talento Artístico 2020, se ha hecho cargo de la interpretación musical durante el acto. Carmona ha abierto el acto con el Himno de Navarra, interpretado con el violonchelo. Tras la entrega de la Medalla, ha tocado “Minueto y Giga”, de la Suite nº 1 en sol mayor, de J. S. Bach. El broche final lo ha puesto con su obra “Life”.