Tudela adquiere el derecho de explotación de las tierras Montes de Cierzo en el fuero de Sobrarbe de 1166. Con el paso de los años se van incorporando otras poblaciones para explotar unas tierras que se localizan en una franja que se extiende desde la margen derecha del río Ebro hasta el término de Corella.
En 1664, Tudela, Corella, Cintruénigo, Fitero, Cascante, Murchante y Monteagudo compran al rey Fernando IV las 28.000 hectáreas del terreno de Montes de Cierzo por 12.000 ducados en un régimen de comunal-facería para todos los habitantes de esos municipios, 3.606 en el momento en el que se realiza la compra y que cada municipio paga en función de los vecinos que tenía.
Se estableció que el territorio solo tenía aprovechamiento como pastos, pero los vecinos de las localidades con derecho sobre el comunal comienzan a dedicarlos a otras actividades.
En el S. XIX comienza a plantearse la división del comunal entre las localidades, surgiendo los primeros problemas. Se define el territorio y se propone el reparto de los terrenos entre los municipios, pero no hay conformidad. Al acuerdo tampoco contribuye la inestabilidad que se vive en España en el siglo XIX, en la que se suceden todo tipo de conflictos y guerras, por lo que no se llega a concretar nada hasta que, tras recurrir a la Justicia en 1901, se decide que el reparto que se ha planteado era correcto y que debe aceptarse tal cual.
Esto supuso que un terreno comunal de 28.000 hectáreas en el que todo era de todos, los terrenos que le correspondieron a Corella estaban siendo explotados por vecinos de las localidades vecinas de Cintruénigo y Fitero, por lo que aunque la Justicia dictó sentencia, los vecinos no entendieron ni aceptaron ese reparto y, ya adentrados en el S. XX, incluso que esos terrenos fueran comunal.
Corella se vio además doblemente afectada, ya que durante la Guerra el ejército estableció un aeródromo en terrenos del comunal que estaban cultivando vecinos de la localidad. Al no cultivar nada en tres años, Tudela reclamó los terrenos aduciendo la pérdida de derechos.
La única localidad que se molestó en redactar unas ordenanzas para el territorio fue Tudela, que las realizó tras el reparto en el año 1902. El resto de poblaciones no hace nada, ya que quienes dominaban los ayuntamientos eran los grandes terratenientes a quienes no les interesa regular este asunto.
Los conflictos se suceden durante la década de los 40 y los 50, se intenta que desaparezca la consideración de comunal de las tierras porque así lo entiende mucha gente. Con el abandono de los campos en la década de los 60 y los 70 las tensiones desaparecen pero se deja sin resolver un problema que subyace y que aflora en cualquier momento en el que cualquier localidad quiere impulsar algún proyecto.
Los conflictos sobre la titularidad impidieron poner en regadío 2.000 Ha. en el término de los Abatores en la década de los 90
A finales de los 80 se genera un nuevo conflicto entre Corella, Cintruénigo y Fitero con postulados que defienden el derecho de propiedad sobre los terrenos de vecinos particulares frente al derecho de los municipios a su comunal y del derecho a los terrenos del conjunto de los vecinos.
En 1997 el Gobierno de Navarra impulsa una concentración parcelaria en Abatores, que implica a los tres municipios, para impulsar el regadío. Los técnicos del Gobierno de Navarra se dan cuenta de que las propiedades, aunque se presentan registros, escrituras, o documentos de catastro, nunca se han desafectado por lo que sigue vigente la imprescriptibilidad del comunal. Los técnicos piden un informe que redacta Nazareth Yabar, jefa de negociado de régimen jurídico en 1990, en la que se establece que las tierras son todas de comunal, aunque reconoce la necesidad de estudiarlo de manera más amplia.
El Gobierno de Navarra a través de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Alimentación que dirige el entonces regionalista Ignacio Martínez Alfaro, encarga a Eloy Colón Plazuelo, profesor de la Universidad de Zaragoza, un informe que, tras un largo periodo de elaboración estudia la naturaleza jurídica de los Montes de Cierzo y Argenzon de Corella, Cintruénigo y Fitero. El trabajo final reúne en 50 tomos de documentación que con contundencia declaran el carácter comunal del territorio y que éste nunca ha dejado de ser comunal.
En 1901 la justicia dictaminó un reparto de23 las tierras que muchos vecinos no entendieron y nunca aceptaron
El Gobierno de Navarra, liderado entonces por UPN, decide no enfrentarse a los vecinos y deja sin poner en regadío casi 2.000 hectáreas renunciando a solucionar el tema de una propiedad que los estudios habían dejado clara.
La cuestión queda paralizada en el tiempo hasta que la multinacional EDP Renovables ha planteado al ayuntamiento de Corella ejecutar un parque solar en 59 hectáreas que sí están claramente definidas como comunal de la localidad pero estaría interesada en desarrollar mucha más superficie afectada por los conflictos de titularidad.