Tala Pinos Barcelosa
La concejal de Medio Ambiente del ayuntamiento de Tudela, Olga Risueño, el director gerente del consorcio EDER, Abel Casado, y la directora general de Medio Ambiente, Eva García, y el jefe de la sección de Medio Natural, Fermin Olabe, han explicado la actuación llevada a cabo en planas de Tudela
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La directora general de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Eva García Balaguer, acompañada por el  responsable del Servicio de Medio Natural, Fermín Olabe,  y la responsable de la sección territorial en la Ribera, Elena Baeza, han defendido la tala de pinos efectuada en las planas de Tudela cuya matarrasa ha afectado a una superficie total de 13,58 hectáreas, un 0,6% de la superficie forestal arbolada del término municipal de la capital ribera.

La actuación, ha explicado García Balaguer, ha afectado en todo momento a ejemplares antrópicos, «producto de repoblaciones de épocas anteriores fruto de una intervención humana que como todo, con el tiempo, tiene sus luces y sus sombras». En este sentido, el responsable del servicio de medio natural ha matizado que la superficie endémica del pino alepo es bastante escasa en la Ribera y que su presencia es «artificial» fruto de las repoblaciones de los años 50 y 60 «por lo que no podemos calificar sus masas como hábitat prioritario».

Tala de Pinos en Barcelosa
Los responsables de Medio Ambiente y los concejales de Tudela han conocido la actuación sobre el terreno

Olabe ha recordado que estas repoblaciones se realizaron con la intención de frenar la erosión del terreno y controlar flujos hidrícos, «en muchos casos han funcionado pero en otros no han cumplido su misión». Este, ha indicado, sería el caso de las superficies afectadas, donde se han talado ejemplares entre 30 y 60 años, que no han alcanzado desarrollo esperado porque no han encontrado las condiciones favorables en el terreno. «Se trata de árboles paralizados en su crecimiento por no estar en un sitio adecuado». Para ejemplificarlo ha comparado el desarrollo de estos pinos de 60 años cuyo diámetro apenas ha alcanzado los 15 cm. con chopos de la misma edad que suelen tener entre 30 y 35 cm. No obstante, Olabe ha reconocido que en la intervención si se han cortado pinos de mayor porte, «pero dejar árboles sueltos no tiene ningún sentido porque no mejoran el terreno». El responsable del servicio de Medio Natural han considerado, además, que la espesura de estas masas había alcanzado una dimensión «bestial» por lo que su eliminación ha supuesto un menor riesgo de incendios y favorecerá el desarrollo de nuevas orlas de vegetación arbustiva que van a mejorar el hábitat de otras especies muchas de ellas catalogadas. «No es un pecado cortar un árbol, hay que tocar y tocar bien, pero no hacemos las cosas bien si las dejamos metidas en una nevera», ha concluído Olabe.

Respecto a las posibles afecciones a distintas especies por desarrollar los trabajos en época de cría, el departamento de Medio Ambiente ha garantizado que todo se ha desarrollado bajo la estricta supervisión del servicio de guarderío forestal que ha garantizado la no afección a las distintas especies.

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