La Presidenta de Navarra, Uxue Barkos ha manifestado, durante el acto institucional de reconocimiento a Federico Mayor Zaragoza con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Paz, celebrado esta tarde en Tudela, que su voz crítica «es una llamada a no olvidar que la Paz y los Derechos Humanos deben ser un elemento irrenunciable que dirija nuestras agendas políticas». También ha señalado que «la paz y la justicia siguen siendo los pilares sobre los que impulsar el trabajo de quienes entendemos que la violencia nunca es el camino ni la solución a un conflicto entre seres humanos».
El Gobierno de Navarra ya se sumó el año pasado a la conmemoración del Día Internacional de la Paz con la organización de un acto institucional para reconocer a una persona, asociación o colectivo que se hubiera destacado por su contribución a la paz y la convivencia. En 2016 se distinguió la labor realizada por el antropólogo forense Francisco Etxeberria y por las asociaciones memorialistas de Navarra. Como en aquella ocasión, el acto ha tenido lugar en el Edificio Castel Ruiz, de Tudela, por tratarse de una ciudad que, tanto históricamente como en la actualidad, ha mostrado su compromiso con los valores de la paz, el respeto y la convivencia.
Con esta celebración el Gobierno ha querido reconocer la incansable labor del que fuera director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a favor de una cultura de paz y de un nuevo empoderamiento de las instituciones encargadas de velar por su construcción en el ámbito internacional. También ha querido resaltar que el profesor Mayor Zaragoza ha demostrado públicamente su compromiso personal con los valores éticos y democráticos vinculados a los derechos humanos, a la defensa de la tierra, a la no violencia y a la convivencia.
En su intervención, la Presidenta Barkos ha indicado que la obra de Mayor Zaragoza «es un mensaje de pertenencia y apertura a la comunidad, de acercamiento a quien piensa, vive y cree de distinta manera; un mensaje de respeto a la pluralidad; y un mensaje que apuesta por la palabra como herramienta para la resolución pacífica de conflictos». Ha añadido que también es «una llamada, necesaria y urgente, a la responsabilidad de las instituciones y de los representantes institucionales», una advertencia de que «no podemos ni debemos abandonar el auténtico sentido de los liderazgos institucionales frente a las acciones de otros grupos de poder insensibles ante las desigualdades y las desgracias humanas. Debemos asumir con dignidad, y de manera unánime, la tarea de conjugar esfuerzos y liberar la capacidad transformadora de las personas y las comunidades».
La Presidenta ha destacado que «la paz y la justicia siguen siendo los pilares sobre los que impulsar el trabajo de quienes entendemos que la violencia nunca es el camino ni la solución a un conflicto entre seres humanos», y ha señalado que el ejemplo de Federico Mayor Zaragoza «nos inspira y anima a seguir esforzándonos en la defensa de la palabra, en el respeto de todos los Derechos Humanos de todas las personas. Porque la Paz siempre es algo inacabado y en construcción y reclama de nosotras y nosotros un trabajo constante y continuado, como el que el profesor Mayor Zaragoza ha desempeñado durante tantos años y como el que sigue desarrollando».
Al acto han asistido la presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez, el vicepresidente de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Miguel Laparra, y las consejeras de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo; Educación, María Solana, y Desarrollo Rural, Isabel Elizalde. Ha intervenido también el alcalde de Tudela, Eneko Larrarte, quien ha señalado que «es un honor y un orgullo que el nombre de nuestra ciudad vaya unido al de personas como Francisco Etxeberria y Federico Mayor Zaragoza», al que ha definido como un profesor y un hombre «intachable, inagotable y honesto defensor de las más nobles causas».
Posteriormente María Novo, titular de la Cátedra UNESCO de Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) ha leído la laudatio del homenajeado. Ha afirmado que su trabajo, tanto en su dimensión científica como en la humanista «ha dado de sí muchos frutos, y los seguirá dando por su empeño de estar en la vanguardia de los cambios que harán de este mundo un lugar más justo y honesto, en el que las palabras amor y paz se escribirán siempre con mayúsculas».
Tras recibir de la Presidenta Barkos un recuerdo conmemorativo del acto, Federico Mayor Zaragoza ha pronunciado unas palabras en las que ha agradecido la distinción de que ha sido objeto. Ha hecho un llamamiento a levantar «un clamor popular» para cambiar las cosas, y en este sentido ha dado lectura a un texto que esbribió en 1996 en el que decía que «tenemos que convertirnos en la voz de la gente silenciada, en la voz que denuncia, que proclama que el hombre no está en venta, que no forma parte del mercado, en la voz que llegue fuerte y alto a todos los rincones de la tierra, que nadie que sepa hablar siga callado, que todos los que puedan se unan a este grito».
El homenajeado ha añadido que «ayer fue el día internacional de la paz, pero hoy es también día de la paz, y todos los días, los 365 días del año, tienen que ser días de la paz». En otro momento de su intervenciçón Mayor Zaragoza ha advertido de que «tenemos que tener memoria del pasado y del futuro, los pueblos que no conocen su pasado no pueden diseñar un futuro de bienestar y de concordia». Por ello, ha dicho que «es preciso saber lo que acaeció y una vez sabido podemos decidir si queremos que se repita o no. En esto consiste la evolución, a imagen de la naturaleza, conservar lo que debemos conservar y cambiar lo que debe cambiarse, porque si no hay evolución habrá revolución, dos palabras que sólo se diferencian por una letra, la erre de responsabilidad».
La parte musical de la ceremonia ha incluido la interpretación de diversas canciones por el Coro Griseras, de Tudela, dirigido por Pedro Pablo Garijo.
Al frente de la UNESCO
En los años en que estuvo al frente de la UNESCO (1987-1999), el profesor Mayor Zaragoza dio un nuevo impulso a la misión de la organización —»construir los baluartes de la paz en la mente de los hombres»—. Siguiendo las orientaciones del profesor Mayor Zaragoza, la UNESCO creó el Programa Cultura de Paz, cuyo trabajo se organizó en cuatro vertientes principales: la educación para la paz, los derechos humanos y la democracia; la lucha contra la exclusión y la pobreza; la defensa del pluralismo cultural y el diálogo intercultural; y la prevención de conflictos y la consolidación de la paz.
En 1999, a su regreso a España, el profesor Mayor Zaragoza creó la Fundación para una Cultura de Paz, de la que es presidente, y ha seguido trabajando de modo activo y constante a favor de las ideas que inspiraron su trabajo en la UNESCO.