Manuel Romero Paz
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Se llama Manuel Romero Paz y, aunque está hecho un chaval, el próximo 12 de marzo se jubilará como funcionario municipal del Ayuntamiento de Cabanillas, su localidad natal. Atrás dejará toda una trayectoria profesional de entrega apasionada por su pueblo, no solo desde el ámbito municipal, sino personal porque, todo hay que decirlo, Manuel también se ha entregado en cuerpo y alma a su pueblo desde su faceta periodística como colaborador de LA VOZ de la Ribera.

Manuel es un tipo discreto, más bien muy discreto, al que incluso este reportaje homenaje le cogerá a contrapié porque, como él mismo dice «me gusta pasar desapercibido y no quiero ningún protagonismo. Al Ayuntamiento entré como funcionario en silencio y me quiero ir sin hacer ruido». Así es este cabanillero, un hombre sencillo, que podrá caer mejor o peor, porque a todo el mundo es imposible caerle en gracia. Sin embargo, hay una realidad imposible de ocultar: Manuel es transparente, humilde, pero sobre todo y por encima de todo, muy responsable en todo lo que hace y se propone.

En su faceta de funcionario municipal siempre ha estado disponible para todo cuanto hacía falta, siempre estaba aparente y, aunque haya a quien le cueste reconocerlo, los hechos hablan por sí solos porque a Manuel se le ha visto por todos los sitios. Es más, cuando Manuel no podía por circunstancias de fuerza mayor o personales, se notaba su ausencia.

Y como colaborador de LA VOZ… es más de lo mismo, siempre ha mostrado su mejor versión para que Cabanillas estuviera presente en las páginas de la revista impresa y, por supuesto, en las versiones digitales. Así es Manuel, amante de su pueblo y de sus tradiciones porque en su cara, en su mirada y, sobre todo por sus venas, corre la sangre cabanillera que le inculcaron sus padres.

En el plano personal y familiar, Manuel Romero Paz es un gran marido, un excelente padre y un ejemplar amigo. Presume con mucho orgullo de su familia, pues su esposa Mari Carmen Redondo y sus hijos Andrés y Alberto son su razón de vivir.

Enhorabuena Manuel por ser como eres y muchas gracias por todo y por tanto. Ahora te toca disfrutar de una merecida jubilación… aunque seguiremos esperando tus fotos para seguir difundiendo y promocionando al pueblo que amas: Cabanillas.