…”Y los sueños sueños son”, así es como Calderón de la Barca nos define la vida, como un sueño, pero entendido como algo que no es real, así que en este caso los sueños son sinónimo de mentira. Y esa misma cualidad tienen los sueños que nos asaltan casi todas las noches, hasta que Freud descubrió que realmente son verdad, que soñamos verdades de nuestra vida, pero que por su peso más o menos dramático las tenemos encerradas y reprimidas en el subconsciente, impedidas de manifestarse durante el día por esa vigilancia férrea que sin darnos cuenta ejercemos, pues no nos consideramos con fuerza suficiente para soportarlas. Pero esa vigilancia se adormece un tanto durante la noche, y entonces lo reprimido aprovecha para escapar, aunque para evitarse problemas se disfraza de múltiples maneras y se nos ofrece como un jeroglífico de no fácil solución, cosa que los psiquiatras resuelven, pero no siempre por completo.
También hay otro tipo de sueños, esos que nos planteamos como metas de nuestro futuro, y que funcionan como diseñadores de nuestros actos particulares y de nuestra conducta general. En este caso no son falsos ni son mentira, sino que son reales y verdaderos, pese a que muchas veces no logremos alcanzarlos.
Esas películas que nos gustan y atrapan son como un sueño al alimón, compartido con el director y los actores
Y hay otros sueños muy distintos, aunque no seamos nosotros los que los soñamos personalmente del todo; son los sueños del cine. Porque esas películas que nos gustan y nos atrapan son como un sueño al alimón, compartido con el director y los actores. Salir entonces del cine es casi como despertar de un sueño, pero un sueño que ha sido totalmente consciente y que seguiremos recordando durante un tiempo, por la sencilla razón de que nos ha divertido y nos ha liberado, puesto que nos ha enseñado algo. Claro que para esto es imprescindible ver la película en una sala de cine, donde se dan las mismas circunstancias de los sueños dormidos: estamos a oscuras, absorbidos por la magia de la gran pantalla, y sin preocuparnos de otras cosas.
Sin embargo, las películas de la televisión las vemos en un marco muy distinto, porque suelen ser a plena luz, además de la pantalla vemos el sofá, la mesa, el mueble, y nos distraemos con el café, o la cerveza, el cigarro incluso, y un largo etcétera, que impide que ese sueño lo hagamos totalmente nuestro y que de alguna manera nos libere. No es fácil soñar el sueño de las películas en la tv, matamos el rato de modo agradable, eso sí, pero soñar, lo que se dice soñar de verdad, aunque el sueño sea compartido, eso únicamente se consigue en las salas de cine.