En A&C Gabinete Pedagógico, ofrecen todo lo necesario para lograr que un niño evolucione favorablemente, tanto a nivel académico como en otros ámbitos relacionados con la educación y el desarrollo. Con 20 años de trabajo en Tudela, por sus aulas han pasado decenas de niños.
¿Qué es lo que unos padres pueden encontrar en A&C?
Tenemos una oferta muy amplia: clases particulares, apoyos específicos para problemas de lecto-escritura, tratamos problemas relacionados con la atención, logopedia, y problemas del lenguaje y del habla. Se trabaja también el desarrollo motor y los reflejos primitivos, y se hacen evaluaciones a demanda, para determinar un posible problema y poder trabajarlo de la forma más adecuada.
La forma de trabajo en A&C es en grupos pequeños o de manera individual, “depende de la dinámica de la clase y del problema que se trabaje”, explica la pedagoga Ana Córdoba. “Y siempre de manera muy personalizada. Además, como a algunos los llevo desde hace años, los conozco muy bien: sé cómo funciona su cabeza, sé por qué se equivocan en determinadas cosas, sé por qué les cuesta hacer algo… Se establece una empatía y una complicidad con el alumno que en un colegio es imposible con aulas tan amplias, con tantos profesores que cambian de año en año…
Supongo que el papel de los padres es muy importante hoy en día.
El papel de los padres no es nada fácil. Tiene que encontrar el punto medio entre no estar demasiado encima y dejar que el hijo sea autónomo y, a la vez, no dejarle que haga lo que quiera. Es complicado, pero es muy importante saber ir a la par, acompañando, pero sin agobiar.
Y también es importante a la hora de detectar un posible problema. A la hora de diagnosticar y buscar una solución, cuanto más pequeño es el niño, mejor, pero no siempre las dificultades aparecen pronto. Hay chavales que, igual tienen una dificultad de base, pero que, por su forma de ser, han sabido compensar esas carencias o dificultades, y se detectan más tarde. Puede ocurrir que nos encontremos con un niño de 10 años que tenga un problema de lateralidad cruzada o de lecto-escritura que no se le había detectado todavía.
¿Cómo saber si un niño puede tener un problema o una dificultad?
Hay muchas señales que pueden indicar problemas muy distintos. Las dificultades a la hora de leer, podrían ser una señal de muchas cosas (dislexia, falta de atención, una lateralidad cruzada…). El hecho de que no haya una evolución fluida en el desarrollo del habla puede indicar que va a haber problemas más adelante… El desarrollo motor lo mismo: si la evolución no fue la adecuada, pasando por las fases de arrastre, gateo, etc., puede derivar en problemas de aprendizaje… Como hay tantas cosas que influyen en el desarrollo de una persona, hay que valorar muchos indicadores. Lo importante es hacer una buena evaluación y poner el remedio adecuado.
“Es necesario poner límites, también con las nuevas tecnologías”
Para Ana Córdoba, la solución es sobre todo trabajar “y no esperar a que me lo den todo hecho”, asegura. “Tienen que madurar, tienen que ir construyéndose como personas en todos los aspectos. El valor del esfuerzo está muy desprestigiado, cada caso es distinto, por supuesto, pero seguramente se puede exigir a los chavales un poco más. Cuando vemos que ya ha alcanzado un paso, vamos a forzarle un poco al siguiente”.
Algo con lo que tienen que lidiar ahora muchos padres son las nuevas tecnologías, los juegos online. ¿Son un problema para el aprendizaje?
Creo que para la motivación y el esfuerzo es muy perjudicial. Cuando escribes un wasap, el esfuerzo es mínimo, ni completamos las palabras, o ponemos emoticonos. Vivimos en la inmediatez, quiero algo y ya está, lo tengo, no hay un proceso más complejo. Y creo que eso sí puede influir en el tema del esfuerzo. Además, las nuevas tecnologías suponen un estímulo constante, por lo que los chavales están siempre sobrestimulados. No saben aburrirse, y aburrirse no es malo, a veces es necesario para desarrollar la imaginación. Parece que haya que tenerlos todo el rato entretenidos. Está muy bien apuntarlos a actividades, pero también tienen que aprender a gestionar su tiempo, que no se lo den todo hecho. En cuanto a las tecnologías, lo ideal es limitar el tiempo, e incluso los días, nos tienen por qué jugar todos los días un rato. ¿Cuándo toca el ocio? El fin de semana. Es muy complicado porque los niños pueden ser increíblemente persistentes hasta que consiguen lo que quieren, pero es necesario poner límites. No puede ser que lleguen a casa, cojan el móvil y estén jugando horas con él.