Fundación El Castillo
Alumnos del PCA de la Fundación El Castillo
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El grupo de alumnos que cursa sus estudios en el Programa de Currículo Adaptado de la Fundación El Castillo ha creado una yincana que permite descubrir la variada avifauna que habita el entorno del cerro de Santa Bárbara.

Esta iniciativa se enmarca dentro de un proyecto de Custodia del Territorio por el que los alumnos de la Fundación El Castillo se implican en el cuidado y la puesta en valor del entorno que ocupa su centro educativo y una petición de colaboración que la Asociación SEO Birdlife planteó a los alumnos para que, dentro de los talleres de iniciación a la formación profesional que realizan, construyesen unas casetas para pájaros.

Para poder llevar a cabo este proyecto, los alumnos se implicaron en un mejor conocimiento de las aves que habitan el cerro. «Teníamos que saber que pájaros hay y cómo son para poder hacer las casetas adecuadas para ellos», explican.

SEO BirdLife facilitó un listado con medio centenar de las especies más comunes y cada uno de los alumnos se encargó de estudiar tres de ellas, describirlas en colores y tamaño y conocer el hábitat el que se desenvuelven. Este estudio permitió resolver la cuestión de las casetas, ya que no podía ser a misma para todos los pájaros, pero también les permitió disponer de una cantidad de información que ahora han querido compartir con el resto de la ciudadanía y de las personas que se acercan al cerro de Santa Bárbara a pasear.

Para ello han creado un juego a través de la aplicación para móviles Actionbound que los usuarios pueden instalar a través de un panel ubicado en las escaleras que dan acceso a las instalaciones de la Fundación y al cerro. Basta con descargarla y escanear el código QR del panel para comenzar a jugar.

Participantes

Houari Cuenca
Estiward Ospina
Otavio Gebrim
Yasin El Barrani
Mohamed Amin
Marwane Hafidi

Un mapa se encarga de orientar al usuario a través de los senderos principales del cerro, nos muestra la especie que buscamos y la ubica en el entorno. «El dispositivo móvil emite una señal al llegar a la zona de hábitat y podemos empezar la búsqueda», explican.

El objetivo es encontrar la réplica en madera que los propios alumnos se han encargado de crear en el taller de carpintería de la especie que buscamos y a la que acompaña un código QR. Al escanearlo accedemos a un vídeo en el que relatan las principales características del ave, además de un audio de su canto y que precede a un test de dos preguntas que nos permitirá descubrir si hemos estado atentos a las explicaciones y obtener una puntuación con la que se acredita nuestra destreza en el juego.

De este modo vamos a descubrir el rico hábitat que puebla el Cerro de Santa Bárbara, formado por especies conocidas, otras menos y algunas de ellas esquivas y complicadas de ver como el autillo, el carbonero, la paloma pravia, la torcaz, la lechuza, el petirrojo, el pinzón, el verderol, el estornino, la urraca, la lavandera, el mirlo, el mochuelo, la tórtola, el colirrojo, el jilguero, el gorrión o el serín verdecillo. El propósito de todo el proyecto, señalan los jóvenes, «es hacer que la gente conozca la naturaleza que hay en nuestro entorno y puedan acercarse a conocer mejor el cerro en familia».

Además, dentro de las acciones de custodia del territorio los jóvenes se encargan de mantener en buen estado los componentes que forman parte del juego al mismo tiempo que cuidan de la zona, retiran residuos o mejoran el entorno con iniciativas como la que han llevado a cabo para llevar a cabo la restauración medioambiental de una de las laderas que linda con la escuela. Al mismo tiempo, resaltan los profesores que han coordinado el proyecto, Abel del Rey y Pablo Lasheras, el desarrollo de esta actividad ha permitido que los alumnos trabajen todo el contenido curricular de las asignaturas de ciencias y matemáticas en un mismo proyecto y complementar otras como lengua con la ejecución de los textos, trabajar contenidos audiovisuales y competencias digitales.