El próximo 1 de junio tendrá lugar la sesión informativa “Propuesta del nuevo convenio con las administraciones públicas. Implementación del Real Decreto 1055/2022 de 27 de diciembre de envases y residuos de envases”, tal y como se ha dirigido Ecoembes a las entidades locales, entre ellas las de Navarra.
Con la elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo se inicia un nuevo ciclo para el cual Ecoembes quiere suscribir nuevos convenios de colaboración con las administraciones públicas para la recogida selectiva de envases en la Comunidad Foral.
Nos encontramos en la actualidad en un momento de especial relevancia para la gestión de los residuos en Navarra. Es el momento en que Ecoembes, la autodenominada sociedad sin ánimo de lucro -que tiene como principal objetivo económico que sus asociados paguen el menor importe posible de punto verde repercutiendo el resto del coste de la gestión de sus residuos en las arcas públicas-, ha de negociar, al abrigo de la normativa jurídica actual, los nuevos convenios con el Gobierno de Navarra por los que deberán pagar a las entidades locales el importe de la gestión de sus residuos, y al que posteriormente se adhieren las mancomunidades de residuos, si así lo deciden.
Esta nueva norma jurídica plasmada en un Real decreto de finales del año 2022, extiende la responsabilidad del productor -Ecoembes- al pago por encontrarse el residuo de sus asociados en el entorno natural en forma de abandono, a la limpieza viaria de calles y plazas, o como consecuencia de la aparición de envases en los circuitos municipales de los residuos.
Así, de acuerdo con el último inventario de residuos del Gobierno de Navarra del año 2021, aparecen más envases en la fracción de resto que en los propios contenedores amarillos, por lo que se ha de pensar que las nuevas aportaciones económicas de Ecoembes en los convenios debieran ser considerables.
Ecoembes es una asociación privada -Ecoembalajes España S.A.- creada por grupos de empresas envasadoras, como Danone, Campofrío, Nestlé y la filial de Coca-Cola y Pepsi en España en un 60%; fabricantes de las materias primas como la Asociación Nacional del Envase de PET (un tipo de plástico) y Tetra Pak en un 20% y comerciantes y grandes distribuidores como Alcampo, Carrefour, Mercadona y El Corte Inglés el 20% restante, relacionadas con los envases de usar y tirar para gestionar el dinero que obligatoriamente deben destinar a la gestión de los residuos de los envases que ponen en circulación. Por tanto, de asociación sin ánimo de lucro tiene poco, con las empresas anteriormente citadas.
La sociedad se creó en 1996, y Ecoembes es un sistema financiero a través del cual se cobra al consumidor final por cada producto envasado que adquiere, con el objetivo de costear los procesos de recogida y clasificación necesarios para que el envase sea recuperado.
Después de más de 20 años de funcionamiento de Ecoembes, ¿están cumpliendo sus obligaciones en materia de recogida y gestión de residuos de envases? Los datos indican que no. Un informe de Greenpeace concluye, a partir de datos públicos y publicados por la Administración, que solo el 25% de los envases plásticos se recuperaron en España en 2021, mientras que Ecoembes, gestora de los contenedores amarillos y azules, afirma que la tasa de reciclado de los envases que gestiona fue del 82,8% en 2021, un 87,3% en el caso del plástico.
La Fundación Changing Markets, que se asocia con ONGs en campañas centradas en el mercado y cuya misión es exponer las prácticas corporativas irresponsables e impulsar el cambio hacia una economía más sostenible, señala a Ecoembes por “proporcionar datos opacos e incapaces de ser auditados, pero que crean la ilusión de unos índices de recogida y reciclaje tan elevados” en un informe del año 2020”. Y, “también menciona que Ecoembes hace lobby contra el Sistema de Devolución, Depósito y Retorno (SDDR)”, que en 2025 serán 19 los países de la Unión Europea que lo tendrán, y que en Alemania con un indudable éxito existe desde 2003 un sistema de depósito para los envases de bebidas de vidrio, plástico o latas de aluminio. Los consumidores pagan una tasa adicional (normalmente unos 25 céntimos) al comprar una botella o lata, que se reembolsa cuando el envase vacío se devuelve a una máquina de reciclaje que normalmente se encuentra en la entrada de un supermercado u otro lugar adherido al programa. El SDDR está contemplado en la Ley Foral 14/2018 de Residuos y su Fiscalidad, pero no se ha puesto en marcha.
Greenpeace ha calculado en el estudio “Los costes ocultos de la mala gestión de los residuos de envases” que el coste real que están asumiendo los Entes locales es de 1.699 millones de euros, que es una aproximación sobre la repercusión económica que provoca en las arcas municipales los envases que se encuentran en la fracción resto (todo mezclado). Esto evidencia el fracaso del modelo de recogida selectiva actual de Ecoembes, que, además de ineficiente, es muy costoso para la ciudadanía.
También cabe citar, el hecho de que la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) haya iniciado un expediente sancionador contra Ecoembes, gestor del único del Sistema Integrado de Gestión de residuos de envases plásticos en España (SIG), por supuestas conductas constitutivas de un posible abuso de posición de dominio. Se ha abierto un periodo máximo de 18 meses para su instrucción y resolución, que se inició siete meses.
Los nuevos cargos que salgan después de las elecciones del 28 de mayo deberán estar vigilantes a que los importes de esa colaboración público privada defiendan realmente el coste total de los residuos que generan los productores de Ecoembes, y no como hasta ahora que sólo lo hacían parcialmente, y de esta forma, conocer a qué intereses sirve y como condiciona la distribución de costes de la recogida de gestión en nuestros municipios.
Julen Rekondo, experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente