Rafael Soto, director del centro de día, Oscar Pérez, director de la Real Casa de Misericordia, Erika Navarro, concejal de Sanidad y Medio Ambiente, Cristian Prado, trabajadora social de la Residencia Nuestra Señora de Gracia, y Javier González, coordinador del centro de día Torre Monreal
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La tercera edición del proyecto bienal conexiones pondrá en contacto a una veintena de colectivos y agrupaciones que desarrollan su actividad en los Centros Cívicos de Tudela con los cuatro centros sociosanitarios de la capital ribera, la Real Casa de Misericordia, la Residencia Nuestra Sra. de Gracia, el centro sociosanitario Torre Monreal así como el Centro de Día.

La concejala Erika Navarro ha explicado que el objetivo de esta edición es sacar la actividad habitual que desarrollan los colectivos a nuevos espacios de la ciudad que favorezcan una comunicación intergeneracional. Para ello, entre el 18 y el 23 de noviembre, los centros sociosanitarios acogerán un amplio programa de actividades en el que tomarán parte la Asocición Fotográfica Tudelana, Sala y Pasión, Asociación Navarra de Autismo, Ana Saso, Biodanza Ya, el grupo de encaje de bolillos, la Asociación de Fibromialgia de Navarra, la asociación Albea, el grupo de bailes de salón de José Cabrejas, la Asociación de Música y Canto de la Ribera, Biodanza Rosalía, la Asociación de Mujeres del Barrio de Lourdes, el grupo de taller de costura, la unión de radioaficionados de la ribera, el centro de cultura popular de la mujer Santa Ana, la ONCE, el grupo de Taichí, el grupo de bailes de salón de Estefanía Allo y la Lilltle Old Band.

Rafael Soto, director del Centro de Día de Tudela, ha destacado el beneficio social que aportan estas actividades a los usuarios, «que en nuestro caso tienen limitaciones que les impiden conectarse fuera de su entorno por lo que va a ser un enriquecimiento que estos colectivos puedan venir». En este mismo sentido, Javier González, coordinador del centro de día  y terapeuta ocupacional del centro sociosanitario Torre Monreal ha destacado la aportación social del proyecto. «Cuando una persona es frágil y mayor, una de las primeras cosas que pierden es la conexión social, incluso antes que lo cognitivo o lo físico, y desarrollar este tipo de actividades es imprescindible para el que rol social de la persona se refresque y que vuelva a sentirse partícipe de la sociedad».

Por su parte, Oscar Pérez, director de la Real Casa de Misericordia ha destacado que el proyecto permitirá a muchos residentes continuar con sus proyectos de vida, viendo satisfechas inquietudes y aficiones que los distintos colectivos que van a pasar por la residencia en estos días van a poner en su mano. Por último Cristina Prado Gauna, trabajadora social de la Residencia Nuestra Señora de Gracia, ha resaltado la aportación del proyecto que suma a la labor diaria que se desarrolla en la residencia «y que es muy importante para no distanciarnos de la sociedad».

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