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En los últimos meses nos estamos encontrando cada poco tiempo con noticias referidas a alguna situación de peligro o algún derrumbe fortuito que han tenido lugar en el casco antiguo de Tudela: que si una casa se viene abajo en la calle Dombriz, que si otra se está cayendo en la Rúa, que si se ha venido abajo el alero de otra en la calle Verjas… Eso nos hace pensar que la situación de las edificaciones del casco antiguo es en general mala o muy mala, como escuchamos periódicamente quejarse a las vecinas y vecinos y a pesar de que el Ayuntamiento de Tudela y el Gobierno de Navarra llevan muchos años haciendo un esfuerzo económico y de gestión importante para incentivar la rehabilitación y la regeneración del barrio.

¿Cuál es la verdadera realidad de la situación del casco antiguo: la situación casi catastrófica que cuentan algunas vecinas y vecinos o el buen aspecto de las zonas ocupadas mayoritariamente por la hostelería y en las que tudelanas, tudelanos y foráneos nos tomamos unas cañas o nos relajamos en los juevintxos? Seguramente todas esas realidades, desde las más agradables y hermosas, hasta las más catastrofistas y poco tranquilizadoras… son la verdadera realidad de la situación del casco antiguo.

Se trata de una realidad compleja y difícil, que se arrastra desde hace muchos años y que comporta una serie de problemáticas que necesariamente hay que abordar con una mirada transversal. Tenemos el deterioro cierto e importante de muchas edificaciones, la precarización social y económica de una parte importante de la población, la especialización en ocio de algunas zonas con las molestias y problemas de convivencia que eso acarrea, la falta de comercio cercano como en el resto de la ciudad… todos ellos problemas muy serios a los que hay que hacer frente y a los que desde nuestro punto de vista Alejandro Toquero y su equipo de gobierno de Na+ no están dando respuesta.

Recordemos que en la pasada legislatura, con el tripartito progresista de IE, PSN y Tudela Puede en el gobierno municipal, se inició un trabajo conjunto por parte de las Áreas de Urbanismo y de Servicios Sociales, y de ese trabajo, que incorporaba también la participación de los agentes sociales, nacieron iniciativas como la Mesa del Casco Antiguo, en la que se exponían y debatían propuestas y puntos de vista, el Día del Casco Antiguo, con el que se trataba de potenciar la cohesión social y de generar y dar a conocer la identidad del barrio, el programa Érase una vez un solar, que perseguía la recuperación de solares abandonados, y el Estudio Socioeconómico del Casco Antiguo, en el que se analizó con detalle la situación del barrio, con el fin de disponer de un documento actualizado para planificar y diseñar cualquier actuación futura sobre el mismo… Y todo eso sin olvidar que en ese marco de trabajo y de colaboración se firmó en 2018 por parte de todos los grupos municipales un acuerdo con la Asociación de Vecinos por el que se establecía el compromiso de dedicar cuando menos 500.000 euros anuales del presupuesto municipal para actuaciones específicas en el casco antiguo.

Pero desafortunadamente llegó 2019 y cambió el equipo de gobierno municipal, y en la presente legislatura todo ese trabajo que se estaba realizando no ha tenido continuidad: Alejandro Toquero y su equipo de gobierno de Na+ no han hecho caso a las repetidas solicitudes de la oposición ni de algunos colectivos y agentes sociales y han mirado para otro lado. Salvo continuar con las tradicionales ayudas de rehabilitación municipales (por cierto muy inferiores en cuantía a las del Gobierno de Navarra) y acometer algunas tareas de mantenimiento de calles y plazas, ni tienen una estrategia de actuación, ni ninguna línea de trabajo abierta, ni han realizado ninguna acción significativa que tuviera por objetivo la mejora del casco antiguo. Sin ir más lejos, en los Presupuestos Municipales de 2022, aprobados en diciembre pasado por Na+ sin incorporar ni una sola de las enmiendas de la oposición, varias de ellas referidas a actuaciones concretas en el casco antiguo, ni siquiera se cumple el compromiso de 2018 de dedicar cuando menos 500.000 euros anuales al casco antiguo. Cosas tan necesarias y tan demandadas por los vecinos como más adecentamiento de solares, más peatonalización, mejoras en determinados servicios… han sido olvidadas por Na+.

En resumen, un problema complejo y difícil que requiere necesariamente de una estrategia y de un trabajo planificado que se materialice en múltiples actuaciones, todo ello con un enfoque multidisciplinar. No podemos olvidar las variables social y económica, que también son determinantes, pero a la vista de los últimos derrumbes y tal y como piden las vecinas y vecinos, tal vez lo más urgente sea abordar el problema del deterioro físico de algunas de las edificaciones del barrio, por el peligro que eso que trae aparejado. En cualquier caso, Alejandro Toquero y su equipo de Na+ tienen que ponerse las pilas, porque con este tema ya hemos perdido más de dos años y medio de legislatura.

Olga Risueño, portavoz de Batzarre
Alberto Lajusticia, portavoz de Izquierda Unida
Daniel López, portavoz de Podemos