Cocina tradicional y productos de calidad son las características que definen al Restaurante La Parrilla, y a su dilatada historia con 52 años dando de comer en Tudela, con un relevo generacional hace tres años. Las verduras y la forma tradicional de prepararlas son sus señas de identidad: “Los clientes buscan platos típicos de la zona y cocinados de manera tradicional”, asegura Juanjo Chueca, la persona que, desde hace 45 años está al frente de los fogones de La Parrilla. “Aquí intentamos cocinar la verdura de la forma más natural posible para poder degustarla con todas sus características. El espárrago, por ejemplo, se pela, se cuece en su justo punto y las salsas se ponen aparte; lo mismo con la alcachofa, la traemos directamente del campo, se limpia bien, y se cocina. En lo que no escatimamos es en la calidad”.
Para poder lograr esa calidad que hoy en día demanda la clientela, no hay muchos secretos: “La verdura tiene que ser muy fresca”, explica Chelo Lorente, una de las personas que está al frente de La Parrilla. “Nosotros adquirimos la materia prima de pequeños agricultores de Tudela e incluso vamos directamente al campo. Luego es necesario limpiarla muy bien y cocinarla en su punto”. Por eso, en La Parrilla, todo se cocina despacio, con mimo: “Aquí no verás una olla a presión”, comenta Juanjo Chueca. “Cuesta más trabajo, pero buscamos la máxima calidad. Y esta forma de trabajar tiene su recompensa: “el comedor se llena todos los fines de semana, e incluso es recomendable reservar porque los sábados y domingos a menudo nos quedamos sin sitio”.
Tampoco falta trabajo los días laborables: “Entre semana también se trabaja muy bien, ofrecemos una gran variedad de menús para todos los gustos, en los que no faltan platos como menestra, pochas, paella… Por un precio muy asequible, ya que hay un menú del día desde 11 euros”.