Santiago Sánchez Sebastián, en el centro con polo amarillo, junto a unos feligreses brasileños
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[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]Santiago Sánchez Sebastián celebrará el próximo 5 de junio el quinto aniversario de su ordenación como Obispo en Brasil, país en el que ejerce su labor pastoral desde hace 15 años. El religioso, que pertenece a la Congregación de los Agustinos Recoletos, es natural de Cortes de Navarra, localidad ribera que lleva en lo más profundo de su corazón y a la que regresa cada cierto tiempo para reencontrarse con su familia y sus vecinos.

¿Cuántos años ya en Brasil?
15 años por estas tierras. Allá por 2007 llegaba a Fortaleza, capital del estado de Ceará, donde estuve 6 años. Luego en Manaos 4 años y medio y ahora en Lábrea.
¿Y de Obispo?
Este es mi último destino en el que llevo 5 años. El 5 de junio de 2016 fue mi ordenación episcopal, y 15 días después la toma de posesión.
Recuérdenos dónde ejerce su labor Pastoral.
Lábrea es un extenso territorio de Amazonas (algo así como media España o todo Andalucía) en el interior del estado: todo selva y con el río Purús como eje vertebral, ya que la comunicación normal es fluvial.
¿Cuántos habitantes?
El interior de la selva está poco poblado. El total de la Prelatura serán unos 100.000 habitantes. Tenemos cuatro municipios, cada uno como una provincia española de las grandes, y la mayoría de la población está en los núcleos urbanos. Imagina la dispersión de los pocos restantes, que son un montón de pueblos indígenas, caboclos o mestizos, nativos y otros brasileños que viven a la orilla del río.
¿Cómo es el día a día?
Nuestra vida misionera tiene dos fases: el tiempo pasado en el núcleo urbano y el tiempo visitando las comunidades del interior. En el núcleo urbano el día a día es el normal de cualquier parroquia: visitas, celebraciones, reuniones, atendimientos, pastorales sociales, catequesis… y organizar los viajes para atender a los fieles del interior (así llamamos a la parte fuera de las ciudades)
¿Y esos viajes por el río de aldea en aldea?
Esos viajes son necesarios para llegar a todos. Duran mucho tiempo porque las distancias son enormes y están muy dispersos. Cada parroquia programa los suyos, que se realizan dos o tres veces al año, y no es posible estar mucho tiempo en cada aldea o comunidad si queremos llegar a todas. Unos viajes son de formación y otros llamados de “desobriga” en que la administración de los sacramentos es el objetivo. Son viajes de apostolado y oración, de catequesis y fiesta, porque no reciben muchas visitas y el misionero o misionera siempre es bienvenido. A veces las circunstancias hacen de esos viajes una aventura, pero todo se supera por el Reino de Dios.
¿Cual es la realidad cristiana en esa zona del mundo?
Podemos decir que es menos teórica y más práctica. Debido al estilo de vida la formación y catequesis es precaria (también por la falta de misioneros), por eso se centran más en la celebración, en la oración, en la comunión, en la fraternidad… es lo que los documentos de la Iglesia llama PIEDAD POPULAR, que para comprenderla de verdad tenemos que vivir con ellos, porque sólo entonces se comprende y se vive la realidad cristiana amazónica.
¿Y qué la diferencia de esta otra parte?
Fuera de Amazonas la realidad cristiana es como más formal, más teórica y como más individual. Tenemos que convertirnos con una conversión pastoral, como dice el Papa Francisco.
¿Cómo se vive la pandemia de Coronavirus entre sus feligreses?
Con todas las limitaciones propias, aquí todo es precario, estamos viviendo la pandemia como se puede. Aquí el pueblo vive del día a día, y si no pescan, si no trabajan, no tienen para comer, lo cual hace las normas de confinamiento no se lleven estrictamente, y eso aumenta los casos. Por otra parte los hospitales en la Prelatura son pequeños, no tienen el equipo médico suficiente y cuando tienen que enviar enfermos a Manaos o Porto Velho los traslados en pequeños aviones son carísimos. Por parte de la Iglesia estamos haciendo lo que podemos: recibimos donaciones para alimentos, para material médico, para productos de higiene y salud… tengo que decir que son muy generosos con nuestra Prelatura…
¿Qué necesidades tienen en este sentido y en cualquier otro?
Las necesidades son todas: de trabajo, de alimentación, de asistencia sanitaria, de comunicación… La suspensión de las escuelas, que se quiere resolver en todo el mundo a través de la formación on line y no presencial, aquí es una ilusión porque internet es precaria, porque los alumnos son pobres en general y la mayoría no tiene móvil, y mucho menos ordenador, y menos aún notebook… 2020 ha sido un año perdido, pero nadie ha perdido curso porque está prohibido por ley… las consecuencias para el futuro van a ser crueles.
¿Cómo valora la labor gubernamental brasileña con su pueblo?
Aunque la situación de Brasil en general no es la mejor, aquí en nuestra Prelatura tengo que decir que valoro positivamente lo que se está haciendo: fuimos de los primeros a recibir las vacunas (tuvo repercusión nacional la llegada de las vacunas a Lábrea por un video que publicamos en un canal de TV religioso), nos ha llegado ayuda de Cáritas de Italia que hemos encaminado con los alcaldes, y del gobierno del estado de Amazonas también hemos recibido ayudas. Tal vez ellos tengan intereses políticos, nosotros aprovechamos la coyuntura.
¿Y qué necesidades tiene la Iglesia en Brasil?
Tengo que decir que el episcopado brasileño está bastante unido, y en este tiempo de pandemia se ha mostrado como Iglesia solidaria y creativa en la evangelización. Se ha aprovechado todo medio de comunicación para evangelizar y nuestra Iglesia Católica ha cumplido y cumple las normas preventivas y de cuidado ante la pandemia. La necesidad mayor es el compromiso firme de todos porque el desafío ante las familias, los jóvenes y la injusticia social es clamoroso. La pandemia esta aumentando los pobres, los parados, la delincuencia, los desenfrenos en la droga, el sexo, la violencia, que los poderosos se aprovechen de la situación… la Iglesia de Brasil necesita de cristianos comprometidos tanto en el clero como, sobre todo, con los laicos. Mas somos una Iglesia viva y estamos caminando.
Finalmente, ¿Qué mensaje quiere mandar a su familia y amigos en España?
Ya va a hacer dos años que no nos encontramos físicamente. Esto no borra nuestro amor y amistad, sino que los fortalece y hace más auténticos. Mi mensaje es que sigamos fieles a Dios donde estamos, porque en Dios es que estamos unidos. Os tengo presentes en mi oración con la gracia de Jesucristo y la fuerza del Espíritu Santo, y pido a Nuestra Señora de Nazaret, patrona de nuestra Prelatura, que os cubra con su manto. [/ihc-hide-content]