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La infiltrada, por Carlos Muñoz

Entre el deber y la supervivencia

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En los Goya pasados, obtuvieron el premio ex aequo La Infiltrada y El 47. Otra vez falta valor como sucedió en el Festival de San Sebastián, para reconocer el coraje de una película que retrata en parte los años de sufrimiento y muerte provocada por la banda terrorista E.T.A. La directora Arantxa Echevarría, (Carmen y Lola), narra la vida de Aránzazu Berradre, la joven policía de 22 años, que se infiltró en la banda terrorista para informar y prevenir atentados. El film lo protagonizan: Carolina Yuste, Luis Tosar, Iñigo Gastesi, Diego Anido.

Años 90, ETA sigue atentando, provocando muerte y dolor a su alrededor. En este contexto, la joven Aránzazu Berradre (Carolina Yuste), de 22 años, es seleccionada por Ángel (Luis Tosar), jefe de la policía para infiltrarse en el comando Donosti, e informar sobre posibles atentados.

Aránzazu después de años infiltrada, es casi testigo del asesinato de Gregorio Ordoñez por Txapote, y la utilizan como mensajera. Un día debe alojar en su casa a Kepa (Iñigo Gastesi), y luego a Sergio (Diego Anido), otro etarra psicópata, capaz de meter una bala al que le lleve la contraria. La joven policía vive angustiada tanto por el miedo a ser descubierta y acabar asesinada, como por el sentimiento de desamparo, soledad y frialdad hacia ella por parte de sus superiores.

La directora de Chinas realiza un film lleno de tensión, de angustia (informes que fotocopiar, la llamada del etarra a Ángel); pero sobre todo plasma brillantemente, el drama sicológico de una joven por mantenerse fiel al deber y mantener la cordura. Echevarría recoge la obsesión de la Policía Nacional por alcanzar éxitos frente a la Guardia Civil, las torturas, el ambiente machista, la violencia verbal contra las mujeres proveniente del mundo etarra y de los propios policías contra sus compañeras.

Carolina Yuste realiza una interpretación excelente, pasando del valor a la fragilidad, del desamparo a la fortaleza con una facilidad pasmosa. Luis Tosar encarna a ese jefe frio, insensible, con su habitual maestría. Del resto de actores, destaca Sergio Anido cuya entrada en escena, añade más intensidad a la narración.

En definitiva, un film que recoge un trozo de historia sórdida, de muerte, sufrimiento, dolor, que algunos pretenden borrar de la memoria como si nunca hubiera sucedido en aras de intereses maquiavélicos.