Lograr la igualdad entre géneros no es cosa solo de mujeres. Los hombres también tienen su papel en la lucha por la igualdad. Así lo están descubriendo los participantes en los talleres de masculinidad que han comenzado a impartirse en Ribaforada. El proyecto «Entendiéndonos» ayuda a los hombres a trabajar su masculinidad. Álvaro Embid, formado en comunicación no violenta, mediación e igualdad, es la persona que lo ha puesto en marcha a iniciativa del ayuntamiento de la localidad y de la mano de su técnica de igualdad, Laura Lorente.
«El proyecto «Entendiéndonos«, explica Álvaro Embid, «articula herramientas para mejorar las relaciones (formación, mediación, igualdad, etc.). Está dentro de las actividades que desarrolla la asociación cultural Bombo y Caja». Hasta hace unos meses, esta asociación desarrollaba su trabajo en Madrid, aunque sus dos fundadores son riberos: Álvaro nació en Ribaforada e Íñigo Lorón es de Cascante. Este último se encarga de la parte de talleres de educación en valores para jóvenes a través de la música o el graffiti. Álvaro Embid, lleva la parte de formación en resolución de conflictos para ayuntamientos y empresas, mediaciones y acompañamientos personales para hombres y parejas que quieren mejorar sus relaciones, o grupos de hombres que quieren trabajar su masculinidad.
«Este es un proyecto pionero en la zona y esperamos que sirva de inspiración para otros pueblos», explica Álvaro. «La iniciativa parte del área de igualdad del Ayuntamiento de Ribaforada. La idea es contribuir a esa igualdad desde la otra parte, desde el trabajo que toca hacer a los hombres. Entendemos que la lucha por la igualdad es un trabajo que toca sobre todo a las mujeres, y que nosotros tenemos que estar un poco al margen, pero creo que es interesante que nosotros hagamos la tarea que nos corresponde».
Revisar actitudes aprendidas
Para ello, una herramienta muy usada en muchos países son los grupos de hombres, para ayudar a deconstruir la masculinidad. «Estos grupos» explica Embid, «son básicamente espacios para generar debate, para aprender, y para cuestionar algunos roles o privilegios que tenemos como hombres. Hay actitudes que hemos aprendido de pequeños y no hemos revisado si nos gustan, si no, si nos interesan, si tienen que ver con las emociones, con los cuidados, con como nos relacionamos con otros hombres o con mujeres…».
Este experto en comunicación emocional e igualdad explica que los grupos sirven para trabajar cosas concretas. «No es un grupo para estar hablando sin más. El resultado de estos encuentros tiene que ser que las mujeres que viven cerca de este círculo de hombres se vean beneficiadas. Que noten que la igualdad les está llegando de alguna manera».
Álvaro Embid cuenta con una larga experiencia en este terreno. Lleva desde 2012 trabajando con este tipo de de grupos de hombres en Madrid. La pandemia le hizo volver a su tierra natal e intentar poner en marcha aquí lo que había trabajado tanto en la capital de España. «Debieron ver lo que hacíamos por Redes Sociales, y la técnica de igualdad del ayuntamiento de Ribaforada, Laura, me escribió y me propuso comenzar. Hicimos unas sesiones el año pasado y vinieron 15 personas. Fue sorprendente, yo me esperaba mucho menos. Vimos que había ganas de trabajar. Ahora hemos arrancado con idea de estar por lo menos hasta el verano. Lo hacemos de modo online porque ahora no podemos vernos con tanta facilidad. Pero es algo que surge desde el área de igualdad. Nos conocíamos porque los dos somos de Ribaforada, pero me escribió para ver si era posible hacer una sesión. Y salió muy bien».
Comienzo sorprenente
Cuando comenzó, Álvaro no sabía qué se iba a encontrar: «Ribaforada es muy distinto a Madrid. Empecé más suave, de hecho la primera sesión la llamamos «Inteligencia emocional y comunicación no violenta para hombres». La intención era llegar poco a poco. Pero ellos mismos me pedían más, me decían «esto está muy bien pero qué podemos hacer nosotros, asumimos que tenemos un papel que no mola y que hay cosas que estamos haciendo y que tienen impacto… ¿Qué podemos hacer?» Que esta fuese la acogida fue un regalazo. Venía con pies de plomo, pero estoy muy sorprendido para bien, tanto por lo que me cuentan ellos, como por lo que me cuentan muchas vecinas del pueblo. No partimos de cero».
Ahora, la esperanza de Álvaro Embid es llegar con esta iniciativa a otros ayuntamientos, o para empresas a través de programas de formación. Para, de esta manera, trabajar por una sociedad más igualitaria
Más información en: www.entendiendonos.com
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