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La identidad de las personas reside en el cerebro y es el sentimiento íntimo de ser hombre o mujer

La delegación para la Zona Media y Ribera de la Asociación Chrysallys celebró en Tudela el Día Internacional de Visiblidad Trans

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La identidad de las personas reside en el cerebro y es el sentimiento íntimo de ser hombre o ser mujer.

Al nacer, por interpretación visual de los genitales se nos asigna un sexo, hombre o mujer. En la gran mayoría de los casos se acierta, pero en el caso de las personas transexuales se produce un grave error que tendrá consecuencias fatales para la persona desde su infancia. A las personas que se acierta en la asignación del sexo de les califica como cisexuales.

«Cis» significa etimológicamente cercano o a este lado y «trans» lejano o al otro lado. Nuestra sexualidad ha sido interpretada por la población mayoritaria, la «cis» dejando a la población «trans» fuera de la sociedad y abocándolos al ostracismo.

El cuerpo de las mujeres/niñas cisexuales, tiene la misma apariencia física y se desarrollará en el mismo sentido que el de los hombres/niños transexuales, es decir tienen órganos reproductivos con capacidad gestante. Y lo mismo ocurre con la anatomía coincidente de los hombres/niños cisexuales con la de las mujeres/niñas transexuales, tienen órganos reproductivos con capacidad de fecundar.

Ante la presión social por cumplir unos roles normativos de género, las personas transexuales son discriminadas y empujadas a rechazar su propia anatomía.



DESMONTANDO MITOS
Las personas transexuales no están atrapadas en el cuerpo de nadie, ni tienen cuerpos equivocados, ni son hombres/niños que quieren ser mujeres/niñas, ni mujeres/niñas que quieren ser hombres/niños. Son tópicos que se usan frecuentemente, en la sociedad y en los medios de comunicación y hacen mucho daño, porque implican que existe una capacidad de elección, un error de la naturaleza…

El usar las palabras transgénero, trans o persona con comportamiento de género no normativo en lugar de transexual o transexualidad, también contribuye a invisibilizar a esta población. Las personas transexuales se identifican fuertemente con un sexo y en libertad expresan su sexualidad con roles normativos de género que se atribuyen a su sexo sentido.

Las niñas transexuales NO tienen genitales masculinos, si son niñas sus genitales serán de niña y femeninos (aunque sean atípicos) y lo mismo con los niños transexuales
Hay una tendencia médica a denominar la transexualidad como Disforia de Género. Disforia: (del griego Súo^opoq (dysphoros), de Suo-, difícil, y $épu, llevar) se caracteriza generalmente como una emoción desagradable o molesta, como la tristeza (estado de ánimo depresivo), ansiedad, irratibilidad o inquietud. Es el opuesto etimológico de la euforia.

La disforia es un síntoma, no una patología, que en ocasiones aparece en las personas transexuales. La experiencia nos dice que los niños y niñas transexuales, cuando ven su identidad reconocida plenamente por entorno familiar y social tienen un síntoma opuesto, que es el de la euforia. Suele prolongarse en el tiempo, alrededor de un año, y se caracteriza por una expresión pública exagerada de los roles sociales de género que habían sido reprimidos.

Brígida Gómez Liberal, responsable de la Asociación CHRYSALLIS. Asociación de Familias de Menores Transexuales para la zona media y ribera de Navarra