Empezaré este artículo diciendo, porque no estoy muy lejos, que las personas que ahora tienen 70 años nacieron en la década de los 50, una época en España de miseria que algunos cineastas recogieron bien. Una época de atraso, hambruna y pobreza como la definen algunos. Una España donde “no existía el futuro, solo la miseria”, como diría más tarde algún cantautor.
Finalizada la Guerra, nuestro país estaba hundido, de luto y pasando penurias. Esa generación recuerda todavía el hambre, el mercado negro, el estraperlo y los salvoconductos y los más afortunados relataban que si bien no pasaron hambre si hubiesen comido más. Esa generación, que con su esfuerzo consiguió cierta recuperación económica, aunque a algunos les tocase emigrar a tierras más afortunadas, es gente que se dejó la vida trabajando honradamente, levantando empresas, atendiendo a sus familias y cotizando a las arcas públicas en su justa medida, en previsión de lo que pudiesen necesitar en su vejez.
Sin embargo, nos encontramos con que en algún medio se publica, que según criterios establecidos por Salud, no se les atiende en la UCI por sus menores posibilidades de sobrevivir. Eso si llegan, ya que en la mayoría de los casos no lo hacen pues se les mantiene en las Residencias y que pase lo que tenga que pasar…Es decir, hablando claro, no tienen acceso a un respirador que pudiese o bien salvarles o al menos aliviar su sufrimiento. ¿Que hemos hecho mal para llegar a esta situación tan lamentable?, es una pregunta obligada. Todos hemos tenido familiares en esas edades, de hecho mi madre tiene 96 años y, hasta ahora, siempre se les ha atendido como ha hecho falta, cuidados intensivos incluidos y hasta el final. Pero ahora ya no, ahora los sanitarios que no deberían, pero seguro que se ven obligados, deciden tú si o tú no, en un ejercicio de autoridad que no les corresponde ya que anula el derecho a la salud y que seguro lamentan, obligados por la escasez de recursos.
Ya avisaron los italianos también de lo mismo. Es más, el rango de edad puede bajar hasta los 60 según el estado de salud e independientemente de que algunos, fuertes como robles, pudiesen haber sobrevivido. La verdad es que son tiempos difíciles, lo reconozco, pero ningún Gobierno debería adoptar o peor, pedir a sus sanitarios, esta difícil decisión. Podrían ser sus familiares también.
El coronavirus ha hecho mella en una de las generaciones españolas que más han sufrido y luchado por el progreso de esta Nación y ahora no podemos ni siquiera enterrarles dignamente y cómo se merecen. Esto es un homenaje a esas víctimas, que cada día llenan las páginas de las esquelas de los periódicos, que no pueden tener ni la despedida que se merecerían y que seguro tuvieron una vida de lucha y compromiso para levantar este país y ahora toca abandonarlos a su suerte.
Son las verdaderas víctimas de todo esto, de momento, porque intuyo que luego lo serán también otras con la post-crisis que nos llegará y que seguro afectara a la empleabilidad de mucha gente. Esperemos que se sepa hacer de la mejor manera posible y volvamos a levantar el país como lo hicieron nuestros antepasados, estamos obligados, por ellos, por todos. Solo lo lograremos uniendo fuerzas para luchar contra el verdadero enemigo, que es la pandemia. Eso sí, recordando y teniendo siempre presentes a todas las victimas que ha causado, qué seguro, se hubieran reducido drásticamente de haber contado con la prevención adecuada y el material necesario.
RICARDO LÓPEZ PÉREZ
EXVICEPRESIDENTE DE LA JUNTA DE AGUAS DE TUDELA