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La Presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez Igarza ha participado en la segunda de las jornadas organizada por la ‘Red navarra de lucha contra la pobreza y la exclusión social’ dentro de la XVII edición que celebra la ong. Unas jornadas que dieron comienzo ayer en Pamplona y que hoy se han trasladado hasta la capital Ribera, Tudela, donde se han centrado en ‘Aporofobia: de la injusticia a la irracionalidad’.

La jornada ha dado comienzo con la presentación de Lydia Almirantearena, presidenta de la Red, que ha puesto el marco a las ponencias que se han desarrollado a lo largo de la mañana en el centro de la UNED de Tudela. En la presentación Almirantearena ha recordado las cifras de que describen una situación contra la que lucha la ONG que representa.

Por su parte la Presidenta del Parlamento, Ainhoa Aznárez ha reclamado la necesidad de trabajar políticas a diario que tengan en cuenta la todas las personas, también a las que más afecta la situación de crisis, más allá de firmar declaraciones institucionales. “En Navarra hay 83.000 personas con las que vivimos, que son nuestras vecinas, a las que a veces ni vemos, y a las que silenciamos casi a diario. Olvidando su existencia y las causas que han llevado a esa situación”, ha recordado.

En este sentido ha recordado que en muchas ocasiones se hablar de proyectos de futuro sin tener en cuenta que en él quedan excluidas las personas con menos recursos “hablamos de construir grandes infraestructuras, con las que endeudaremos más si cabe las arcas de todas y todos, obviando los objetivos de desarrollo sostenible con los que nos comprometimos, y olvidando que en estos proyectos los nadie de los que hablaba Galeano siguen olvidados y siendo nadie”, ha concluido.

Por su parte el alcalde de Tudela, Eneko Larrarte, ha agradecido el trabajo de visibilización y sensibilización que hace la ‘Red navarra de lucha contra la pobreza y la exclusión social’. “Trabajo importante de denuncia de las causas estructurales que causan esto, no ya desde el buenismo, sino haciendo una reflexión sobre el mundo que estamos construyendo”, ha dicho.

La mesa de presentación de las jornadas la ha completado el director de la UNED de Tudela, Luis Fernández Rodríguez, quien ha señalado que “la sensibilización es importante, y ante las fobias lo mejor es acercarse al objeto fóbico, por eso es importante poner en práctica la empatía, ponerse en el lugar del otro, no hay que acercarse poco a poco a la situación de pobreza, hay que ponerse en el lugar del otro de manera inmediata para saber qué están viviendo estas personas”, ha dicho.

La primera de las ponencias ha corrido a cargo de Emilio Martínez Navarro, Catedrático de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Murcia, quien ha hablado de la ‘Aporofobia: de la injusticia a la irracionalidad’. Martínez Navarro ha explicado que el origen de la palabra, del griego aporos, persona sin recursos, empezó a usarse en los años 90 por la doctora Cortina. “Había muchos casos de racismo, xenofobia, pero hay otro tipo de rechazo que no estaba descrito y que va más allá de la xenofobia y el racismo, el rechazo a la falta de recursos”, ha explicado. En este sentido ha puesto de ejemplo los fichajes futbolísticos, o el turismo, que viene de otros países, y de otras razas, y sin embargo no generan rechazo, “el rechazo es a la pobreza porque en el caso de extranjeros o personas de otra raza si viene con recursos y alto nivel adquisitivo se elimina el racismo y la xenofobia, sino que es a la falta de recursos”.

Martínez Navarro ha explicado que esta situación ya se había descrito por el economista Adam Smith en el siglo XVIII, en su teoría de los sentimientos morales, “una de las cosas que más corroen es la admiración al rico y el desprecio al pobre, y eso es lo que más corrompe el sentimiento de las personas”, ha recordado Martínez Navarro.

El filósofo murciano ha expuesto como el cerebro ha heredado una serie de estructuras neuronales por lo que “nuestro cerebro es aporófobo, tenemos una base biológica, se remonta a una época en la que las tribus rivalizaban con otras por sobrevivir, en la caza y recolección de frutos, y esa etapa de la historia han sido miles y miles de años, mucho más larga que la actualidad, y en esa época las otras tribus eran el enemigo, gente vista como hostil y amenazas. De ahí que se haya desarrollado el sentido de amor a lo nuestro y rechazo a lo ajeno, a los otros, de otro color, de otro país, que no están integrados”.

En este sentido Martínez Navarro ha explicado como esperanzador que nuestro cerebro trae un 30% de información innata pero otro 70% es educación, “por lo que es mayor el porcentaje que puede compensar y transformar las tendencias innatas al tribalismo, a lo nuestro y rechazo a lo extraño”. Ha concluido destacando que «la aporofobia es injusta y estúpida, porque si no brindamos ayuda a la larga lo lamentaremos con la inestabilidad de nuestro propio sistema de acomodamiento», ha dicho.

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