Los jóvenes han colaborado en el dispositivo desplegado por salud ayudando a sus vecinos en las pruebas que se han realizado estas últimas jornadas en la localidad
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El Departamento de Salud ha desarrollado un cribado de detección de COVID-19 a unas 2.700 personas mayores de 14 años residentes en Ribaforada durante las dos últimas jornadas.

En este operativo los sanitarios no han estado solos y han contado en todo momento con la colaboración con el Ayuntamiento de Ribaforada y el apoyode colectivos locales, especialmente una docena de jóvenes del municipio que no dudaron en responder a la petición que les llegaba desde el ayuntamiento de la localidad.

Mari Carmen Barón

Mari Carmen Barón recibió un whatsapp del alcalde de la localidad, Tirso Calvo, en el que solicitaba la colaboración de los vecinos. El Departamento de Salud iba a montar el dispositivo para hacer un cribado masivo entre la población mayor de 14 años en Ribaforada y había que echar una mano. No lo dudó y junto a otra docena de jóvenes de la localidad ha estado ayudando a sus vecinos. «Ahora mismo estoy en ERTE así que tenía tiempo. Pidieron la colaboración y no lo dudé», explica.

Estas dos mañanas ha estado ayudando a sus vecinos, resolviendo las dudas con las que se presentaban en el polideportivo, ordenando las filas o dándoles mascarillas quirúrgicas si llegaban con las suyas de tela. «También ha habido mucha gente, sobre todo mayor, que no ha querido entrar por miedo, así que les hemos cogido las tarjetas sanitarias y sus nombres para que luego viniese la enfermera a hacerle la PCR sin que fuese necesario bajar del coche».

Mari Carmen reconoce que estos días están siendo de especial inquietud en Ribaforada. «La situación que teníamos era más o menos normal y esto nos ha llegado de repente sin saber muy bien las causas», explica. Reconoce que hay miedo, sobre todo entre la gente mayor de la localidad «y preocupación en el resto, porque la mayoría también tenemos gente mayor en la familia o muy cerca».

Lorena González

Junto a ella ha estado Lorena González, otra voluntaria de la localidad de 38 años de edad. A ella también le llegó la petición de sumarse al grupo de voluntarios. «El viernes pasado había terminado mi contrato en una peluquería así que disponía de tiempo y he ido a ayudar».

Lorena también ha estado colaborando por las mañanas y reconoce el esfuerzo que se ha realizado durante estos dos días. «Conseguir hacer pruebas a todo un pueblo no es sencillo y creo que la gente ha respondido», destaca.

Como su compañera Mari Carmen, Lorena desconoce el motivo exacto que ha puesto a Ribaforada en el foco de la pandemia. «En el trabajo hemos tomado todas las precauciones y lo mismo ha ocurrido en otros sitios. La gente va por la calle con mascarillas, guardando las distancias…, así que no sabemos exactamente qué ha podido pasar».

Ambas confían en que el susto que le ha tocado vivir esta semana a los vecinos de Ribaforada sirva para algo y la gente se conciencie de que hay que seguir manteniendo la precaución y no bajar la guardia.