La familia cinematográfica de OCINE celebra durante 2018 sus 75 años de historia. Una intensa trayectoria que inició Joan Agustí Pujol en 1943 en el cine Nuria de Olot y que hace 20 años se cruzó en la vida social y cultural de Tudela con la apertura de la primera y única sala multicine de la capital ribera. Uno de su nietos, Joan Agustí es hoy uno de los consejeros delegados de esta empresa que puede seguir presumiendo de su carácter familiar, de estar constituída por un capital 100% nacional y de situarse entre las cuatro principales exhibidoras de cine en España. El mérito de celebrar este 75 aniversario, reconoce, «ha sido de muchas personas, algunas de las cuales ya no están con nosotros. Pero hay dos aspectos que pueden resumir nuestra trayectoria, estar permanentemente al lado del espectador y tener una visión de la gestión prudente, largoplacista y siempre con vocación de permanencia».
En ese mirar a largo plazo, ¿hacia dónde va el cine?
No tenemos una bola mágica pero sí sabemos que no desaparecerá, que continuamente se tendrá que reinventar en formulaciones tecnológicas que aporten valor y experiencias positivas al espectador. Conceptos como el sonido inmersivo, el 3D, pantallas más grandes, butacas, todavía hay diferentes vías por explorar.
¿Qué hizo que Tudela se cruzara en la trayectoria de Ocine?
Nuestra política de empresa en aquella época era descentralizarnos de las grandes ciudades y aportar valor y experiencia a municipios y ciudades de tamaño medio donde la experiencia cinematográfica con valor no estaba todavía implantada. Fue un cruce en nuestra trayectoria del que estamos muy satisfechos,porque para nosotros Tudela y toda la zona de la Ribera es un emplazamiento especial.
¿Por qué puede calificarse de especial esa relación con Tudela?
Llegamos hace casi 20 años y apostamos fuerte por la plaza, incorporando unos equipamientos e instalaciones que en aquella época fueron pioneros, con una oferta global, un confort, una imagen y sonido novedoso. Con orgullo podemos decir que ayudamos a revitalizar la zona, el polígono en el que nos implantamos y la ciudad, aportando una oferta de ocio cultural y familiar importante.
Con el tiempo hemos sido pioneros y de los primeros en Navarra en incorporar el sistema de visión 3D. Posteriormente apostamos por la plena digitalización y Tudela fue una de las primeras plazas. Otro ejemplo claro ha sido la renovación de salas que empezamos en diciembre del pasado año, con la renovación completa de butacas, disposición en graderío o stadium para mejorar la percepción y la visión, cambios de pantallas, moquetas y, sobre todo, la incorporación del primer y único sistema de sonido Dolby Atmos de Navarra. Una experiencia de cara al espectador que está siendo muy positiva y que nos está llevando a planificar y equipar una segunda sala con este sistema.
El sector ha cambiado mucho y también los modos de consumo. ¿Qué visión les aporta una trayectoria tan amplia?
En los 75 años de historia de OCINE hemos vivido todo tipo de crisis. Desde la llegada de la televisión, la divulgación del coche como alternativa de ocio, el video, el DVD, la piratería, la crisis de consumo y de país que padecimos recientemente y que sin duda también afectó al cine, así como todos los cambios y hábitos sociales que vienen empujados desde las nuevas tecnologías.
Hemos vivido de todo y por el camino han caído muchos competidores. Nosotros hemos salido fortalecidos, hemos aprendido y nos ha dado un valor de aprendizaje y de conocimiento.
Precisamente con motivo de estos 75 años, desde Ocine promovimos un debate-coloquio-reflexión sobre el futuro del cine. Invitamos a 6 perfiles de gente diferente, desde milenials a gente del sector… las conclusiones fueron muchas, pero diría que la principal es que el cine no morirá, que está en perpetua transformación; y que son importantes los contenidos de valor que crean experiencias al espectador y por los que Hollywood es el primero que apuesta. Desde las salas de exhibición hemos de estar en permanente adaptación a estos cambios, como ejemplifica lo que hemos estado haciendo estos años en Tudela, para aportar valor y experiencias positivas al espectador.
Las nuevas plataformas audiovisuales, ¿se perciben como una amenaza para el cine?
Netflix, HBO, están cambiando costumbres en las casas. Es verdad que estas plataformas han reformado las series de televisión y aportan unos contenidos audiovisuales de gran calidad, pero todo ello es consumo «in home». Lo que aporta el cine es una experiencia fuera de casa, del mismo modo que no es lo mismo ver un concierto de música en vivo o un partido de fútbol. Lo que sí que han hecho las plataformas es poner un cierto orden en todo lo relacionado con la piratería. La gente se ha percatado de que por un valor razonable se tiene acceso a productos de gran calidad audiovisual.
Por lo que al cine respecta esto es un hecho que nos compromete a seguir adaptándonos, experimentar con nuevas salas que aporten aspectos diferenciales, que atraigan al consumidor. Al consumidor de cine le gusta la parte intangible, su aspecto social, compartirlo con la pareja, los amigos, la familia. Poder compartir sentimientos con otras personas es un componente intangible que está dentro del ADN del séptimo arte.
Por otra parte, el cine se ha convertido en una forma de desconectar de este enganche a las pantallas móviles. El cine nos permite encerrarse de un modo individual ante un discurso, en una caja oscura que te sumerge en una historia y en un entorno que solo se puede reproducir en una sala de cine.
Con salas por toda España, ¿se puede hablar de diversidad del espectador en función del territorio?
En lineas generales hay puntos en común, pero no deja de ser cierto que hay cierta singularidad local. Hay zonas en las que gusta más el cine español y dependiendo de la ubicación de las salas, zonas de ocio o centros comerciales o zona urbana, el perfil de espectador es distinto.
¿Qué atrae en la actualidad al público al cine?
El fenómeno cómic ha sido potente, ha ido creciendo y ha ido a más con nuevos héroes y secuelas. El terror es otro genero que siempre ha estado ahí y que no desaparece, especialmente entre las franjas adolescentes. El cine de acción ofrece producciones potentes, de gran calidad técnica, con historias que enganchan y un concepto de cine evasión muy inteligente que se disfruta de manera maravillosa. Y por supuesto el cine de animación, un cine muy vivo, dinámico, inteligente, de gran calidad en contenido y técnica que nada tiene que ver con lo que se hacía hace 30 años y que, además de atraer al público infantil siempre hace un guiño al publico adulto.