El tudelano Javier Pérez Pérez, de 84 años de edad, será el protagonista del homenaje al Abuelo que organiza la Peña La Jota desde hace tres años, una experiencia por la que ya han pasado Julián Valero y Enrique Huguet “Tudelica”.
Nacido en Tudela, criado en Tudela, comulgado en Tudela, confirmado en Tudela y casado en Tudela, Javier Pérez reconoce que el nombramiento “ha sido una alegría divina, algo que no esperaba”. Casado con Mª Resurrección Apesteguía Ezcurdia, tiene dos hijos, Jesús y Javier, y tres nietos, Bruno, Javier y Dorian.
El homenajeado nació en el corazón del casco antiguo, en la zona del Tubo, en la calle San Julián número 6, en el año 1940. Estudio en las escuelas de Castel-Ruiz y en los Corazonistas. “Cuando la cosa iba bien en casa”, recuerda, “estudiaba en los Corazonistas, y cuando iban mal, a las Cruzadas (Castel-Ruiz)”. Continúo su formación en la ETI, donde no olvida las clases del hermano Corta, “un jesuita con un gran interés por todo y con el que hicimos el cálculo de un motor con el que nos dieron el segundo premio a Mejor Bobinador en Pamplona”.
«He aprendido de todos los sitios en los que he estado»
Su trayectoria profesional la inicio en el sector de la electricidad del automóvil. “En todos los sitios que estaba quería aprender de algo. Estuve en varios trabajos, pero quería aprender más y del automóvil me pase a la electricidad industrial. Estuve en Huguet, también de encargado en la Sociedad de Labradores, con mi cuñado en Áridos Apesteguía, hasta que me puse por mi cuenta al frente de mi empresa”.
Jesús ha sido también un tudelano políticamente implicado. Primero se afilió a la Alianza Popular de Fraga Iribarne, también estuvo en UPN y en estas últimas elecciones ha formado parte de las listas municipales del Partido Popular.
De las fiestas, recuerda, le han gustado las verbenas, salir a cenar con los amigos y disfrutar de la música. “Todavía recuerdo cuando siendo bien joven venía la banda militar de Jaca a tocar al Prado en las fiestas”, confiesa el homenajeado al que se le acumulan los recuerdos de infancia en la cabeza, especialmente los juegos en el Cristo donde su abuelo, recuerda, era el Cristero y se juntaba con los castas de la época.
Después de varias décadas al frente de su propia empresa no duda en aconsejar a los jóvenes que se planteen emprender y buscar ideas que puedan generar empleos de calidad en nuestra tierra.
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