La fotografía de boda y comunión se convierte en un elemento imprescindible para evocar la historia de un día que va a quedar marcado en la vida de sus protagonistas para siempre. Lograr un relato fiel, que vaya más allá de la imagen y tenga capacidad de hacernos revivir momentos, evoque sentimientos y provoque la emoción es el objetivo con el que Paloma Fernández aborda cada uno de sus trabajos.
En su trayectoria, la fotógrafa tudelana ha sabido crear un estilo propio dotando a su fotografía de un toque de personalidad. Sus reportajes, reconoce, siguen las tendencias del fotoperiodismo, evitando el posado, para que cada instantánea desempeñe el papel que le corresponde en la historia de ese día ofreciendo una imagen tierna y detalles que emocionen e sus protagonistas. “Mi objetivo es convertirme en un testigo en la sombra de lo pasa. Estar sin que se note que estás ahí para captar ese momento de lágrima, guiños, complicidad… detalles que sé que van a ser especiales para la familia y que hay que saber captar con sensibilidad”.
En los novios, la fotografía de Paloma Fernández no pierde detalle del regalo que la abuela ha hecho a la novia, de los zapatos que compraron juntas la protagonista y su madre o el encaje de ese vestido que va a ser uno de los protagonistas de la ceremonia. Con el novio, indispensable reflejar la complicidad con su madre, las bromas de los hermanos, evocaciones a la familia, tanto los que comparten ese día especial para la pareja como los que ya no están. Conseguirlo, un reto imprescindible en cada uno de sus reportajes para la fotógrafa tudelana. “Conocer a la pareja es lo que más me interesa y apetece cuando abordo un reportaje. Me gusta trabajar un reportaje previo con ellos que para mí es un instrumento para conocernos y que el día de la boda les permita estar más relajados, se olviden de que estoy ahí y conseguir esa foto que de otro modo sería más complicada. Conseguir la conexión con ellos hace que la foto sea mucho más sensible y personalizada, algo me pare algo muy importante en mi trabajo”, explica.
Cuando el reportaje tiene a los más pequeños como protagonistas el objetivo cambia. La fotografía, indica Paloma Fernández, no pierde detalle de ese vestido de comunión de ellas o del traje de ellos, sin olvidar otros detalles contidianos unidos a los pequeños protagonistas que nos hablan de sus gustos y aficiones que nos van a permitir conocerlo mucho mejor. “Cuando trabajo con niños y niñas sobre todo me interesa sacarlos felices, disfrutando de su entorno, que cada uno muestre su personalidad, se muestren juguetones e incluso un poco gamberros”.
Para mostrar todo ese testimonio que recogen las fotografías de Paloma Fernández el álbum y la fotografía en soporte digital son los básicos imprescindibles. Para complementarlos, destaca, hay infinidad de posibilidades, desde la fotografía con marco, un clásico con una esencia que la fotógrafa asegura que no quiere perder, a impresiones en alta calidad en forex. “Las posibilidades que se ofrecen hoy en día son muy variadas y seguro que si los novios han pensado en algo especial se puede hacer”.