Inicio Opinión Humanismo y humanitario, por Juan Manuel García Albericio

Humanismo y humanitario, por Juan Manuel García Albericio

-- Publicidad --

Mantengo, aunque pueda parecer lo contrario, pocas conversaciones políticas, pero ayer tuve una interesante: Al igual que Jesucristo multiplico los panes y los peces nosotros hemos multiplicado hasta la nausea el humanitarismo de salón, en todas partes te encuentras una acción humanitaria, recaudación de fondos para causas diversas y peregrinas que inciden en los sentimientos más acuciantes y mas perennes. Hace poco me encontré con que Podemos inscribía una proposición para acoger a los indígenas desplazados del amazonas por el cambio climático, la pornografía de la caridad. También la cosa tiene su interés por lo del el cambio climático como un mal al que después podamos acudir para exigir nuevos y crecientes impuestos, en realidad con escribirlo, basta para que exista, al igual que el flogisto. Que luego se demuestra que la teoria es errónea es el problema de las teorías, que son simplemente teorías.

Hoy, vivimos tiempos que Jean de Baudrillard nos adelantaba allá por octubre de 1995 en una entrevista con Jorge Alcalde en Muy Interesante; “Hemos sustituido el humanismo por lo humanitario, lo malo es que lo humanitario es un valor débil que se basa solo en la supervivencia… Al contrario de lo que ocurre con el humanismo lo humanitario es un concepto defensivo y depresivo, es decir al cambiar uno por otro hemos perdido. No sé siquiera si el humanitarismo puede catalogarse como un sistema de valores…”

Circuncidamos el humanismo y dejamos lo humanitario, así es posible encontrarte un sábado noche una mesa con comida donde se recauda dinero para operar a un perro atropellado y donde la lógica te dice que lo mejor seria sacrificarlo, o un grupo político que se parapeta tras las buenas intenciones para colarte un gol ideológico por la escuadra y lo peor es que lo hacen todos, sin excepción, incluido cada uno de nosotros cuando ligamos nuestro cumpleaños a una recogida de fondos a los mas diversos propósitos en ese mundo azul.

No damos a basto, todos los días son igual de ilusionantes… por desilusionantes; ora una de animales, ora otra de comedores sociales, ora una más de cáncer. Es un no terminar de buenismo y caridad. Un día salvamos a un animal de las garras del destino y al siguiente salvamos a un niño de terminar ahogado. De vez en cuando, es verdad, alguien se muere y esto refuerza aun más la tragicomedia del humanitarismo. ¿Hemos olvidado los principios universales en sanidad, educacion, y otros de un estado de derecho moderno? ¿O ya no confiamos en las soluciones que este nos ofrece?

En esta corriente todos acabamos ahogados y dos cosas nos enfadan sobremanera, una es el monopolio que la Iglesia católica ha ofrecido en estos temas, la criticamos no porque tengamos un método menos intrusivo para realizar esa tarea, no. Lo criticamos por pura envidia. Y la otra cosa que odiamos sobremanera es que un multimillonario done una cantidad jugosa de su dinero, y en el fondo nos molesta porque pone al descubierto las carencias de nuestro sistema, en ese trasfondo donde el estado funciona como un Padre. Como decia el economista Julio Segura; “Si no es universal el estado del bienestar tiende a la caridad”.

Decía tambien Baudrillard que; “en los tiempos donde domina lo humanitario la única utopía es la mínima posible: sobrevivir.” Pareciera que soy un pesimista, ¡vaya tío plasta¡ me diran, pero mi descripcion como todas, no es pesimista tiene una tension más bien tónica, forma parte de lo que acontece como se puede comprobar por cada uno de los lectores en el dia a dia. Es cierto que es desilusionante, pero no es pesimista, en cierto modo pretendo llevar al sistema a sus propias contradicciones porque es el ultimo acto subversivo que me queda. De hecho ese es el objetivo y no conseguir ninguna verdad, ni mucho menos.

Un saludo, y que ustedes sobrevivan bien.

Juan Manuel García Albericio